miércoles, 25 de abril de 2012

Lectura mística de la vid y los sarmientos Jn 15,1-17





Lectura mística de la vid y los sarmientos (Jn 15, 1-17)

Pontificia Universidad Javeriana, Pastoral: Tertulia Ignaciana
Lectura mística de la vid y los sarmientos (Jn 15, 1-17)
Inspirado en Anselm Grün, K. Rahner y Flaherty
Elaborado por: Guillermo Zapata, S.J.
Mayo 8 de 2012


1.       Las metáforas del viñedo: Israel y Jesús
La imagen mística de la vid, es no sólo una de las metáforas de Israel sino también símbolo de Jesús y sus discípulos quienes permanecen unidos en la cercanía y el amor de amistad.
De la vid, podemos remontarnos al sentido del vino siguiendo la SE que afirma: «el buen vino alegra el corazón». Esta alegría del corazón nos remite a los dioses del vino Diosisos y Baco que se relacionan con la fiesta, y la música hasta alcanzar el éxtasis. La religión tiene como tarea buscar el verdadero éxtasis, abriendo un espacio de esperanza y libertad en comunión con lo sagrado. Quiere indicarnos que la mística, al ser camino de lo sagrado, también nos invita a abandonar los caminos habituales circunscritos a las normas y a la ley abriendo con fidelidad creadora nuevos horizontes de libertad.
Para lograr la libertad, es preciso encontrar el dinamismo que nos conduce más allá de nosotros mismos creando un “éthos”, una koinonía en apertura festiva al mundo.
Precisamente el teólogo Karl Rahner se refiere a una "mística de la alegría del mundo" (Mystik der Welt-freudigkeit) presente en los Ejercicios Espirituales, en los que se contempla la cercanía y comunión de Dios con el hombre en el  misterio de la Encarnación de Jesús. Ignacio invita al ejercitante a ver cómo Dios se inclina con amor y compasión sobre el mundo, sobre el cual desciende todo bien (que viene de lo alto EE 237), para entrar en comunión definitiva con él.

2.       El árbol de la vida
Al entrar en comunión con Dios, con el mundo y con la historia, el amor permite ser fieles creativamente, desde el centro interior de tal manera que nos hace capaces de responder a los desafíos del presente.
San Juan en este texto de la vid y los sarmientos, nos hace referencia a la unión y el encuentro con Jesús quien nos conduce hasta el Padre, permitiéndonos divinizarnos, de tal manera que esta expansión divina (embriaguez) nos llene de gozo en el amor. Al entrar en comunión con Dios, la humanidad se diviniza, el corazón se alegra y renacemos en el Señor (Orígenes). Este camino místico de la comunión con Dios nos trae la alegría de la vida.
 El árbol expresa la vitalidad de la imagen de unión de sus ramas al tronco. Son las imágenes del árbol de la vida que es la unión nuestra con el Señor quien se pude definir con las figuras de la vid, los sarmientos, el pan, la puerta, todas ellas relacionadas con la cercanía de la vida. Sin embargo, el árbol necesita ser podado, para que crezca más vigorosamente. Dar fruto y podar los sarmientos son signos de la purificación de un amor incondicional que se transparenta y transforma.
La vida consiste así una mística de unión con Dios, “amor esponsal” lo llama el cantar de los cantares (San Juan de la Cruz, Santa Teresa), Ignacio le llama en encontrar a Dios en todas las cosas y a todas las cosas en él, a través de la mística de la simpatía con el mundo y con todo lo creado.
 3.       Permanecer en el amor incondicional

Cada discípulo permanece unido en el espíritu de amor a su Maestro, de tal manera que se hace más fuerte que la muerte, capaz de superar la contradicción de la cruz. Ya los discípulos quieren permanecer junto al Señor armando tres tiendas en la escena de la transfiguración que nos narra san Lucas (Lc 9, 28-38). Este amor incondicional que se irradia desde el centro interior es Cristo, y se convierte en un absoluto más allá de la vida y de la muerte; como afirma San Juan: «Nadie tiene mayo amor que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15, 13). De este modo, permanecer unidos en el amor hasta el extremo, es morar en la alegría interior que ensanchar el alma –A. Grün–.
Con este amor incondicional  nos hacemos amigos en el Señor, y de este modo, amigos de Dios, movidos por su mismo amor y confianza.
En estos misterios de la amistad divina, presente en las metáforas del árbol de la vida, la muerte no es un escándalo, sino la suprema manifestación de la vida, donde la misma muerte sella la amistad para siempre

4. Afecto y sacrificio vs sufrimiento y esperanza

El amor humano tiene en su seno la tentación del egocentrismo: pues “lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí  mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si n o permanecéis en mí” (Jn 15,4). El amor viene de muy lejos, de Dios. Implica una madurez humana, afectiva, psicológica que no deja de lado el sacrificio y las rupturas de crecimiento. Para insistir en la dimensión sacrificial, cuya metáfora es el vino que nace de la uva pisada, es decir, de la dimensión sacrificial de la vida, inspiremos nuestra conversación en el siguiente texto, donde la misma muerte es experiencia del Espíritu, de libertad y de Gracia.






(Cf. Cristobal Villalpando, Méjico)

Citemos ahora a K. Rahener, sus palabras nos adentran el el misterio del Espíritu, el sufrimiento y la Gracia. Desde allí entendemos la metáfora de la vid y los sarmientos.
«Pasemos revista, por último, a las experiencias concretas de vida, que, lo sepamos o no de un modo reflejo, son experiencias del Espíritu, siempre y cuando nos enfrentemos con ellas en forma adecuada…
»Solo nos es posible mencionar aquí algunos ejemplos entresacados al azar y de manera no sistemática…
»He ahí un hombre que de repente descubre que puede perdonar, aunque por ello no reciba recompensa alguna y que admite como evidente el perdón silencioso de la otra parte.
»He ahí un hombre que intenta amar a Dios, aunque de su mudo misterio no parece llegar a ninguna respuesta a tal amor; aunque no le arrastra ya ninguna ola de cálido entusiasmo; aunque no pueda ya confundirse a sí mismo y su impulso vital con Dios, aunque en ese amor se ve morir, porque se le presenta bajo los rasgos de la muerte y de la negación absoluta, porque le parece que se clama en el vacío , en un abismo sin eco, porque es como un horrible salto en el caos, porque todo en él se vuelve incomprensible y sin sentido.
»He aquí un hombre que cumple con su deber, pese a la acuciante sensación de negarse a sí mismo y aniquilarse de acometer una solemne necesidad que nadie leva a agradecer.
»He aquí un hombre que hace el bien a otro, sin que en éste vibre una sola nota de comprensión o gratitud, sin que ese bien ni siquiera redunde en la pequeña satisfacción de sentirse altruista, honrado etc.
»He aquí un hombre que calla, aunque podría defenderse, aunque se sabe tratado con injusticia, calla, sin gozar su silencio como soberanía de su inviolabilidad
»He aquí un hombre que obedece, no porque se vea forzado a ello so pena de consecuencias desagradables, sino a causa de ese algo misterioso, mudo, incomprensible, que llamamos Dios y su voluntad.
»He aquí un hombre que renuncia a lo que más estima sin que nadie se lo agradezca, sin que su acto le proporcione siquiera una complacencia interna…
»Podríamos seguir prolongando mucho más la lista, sin conseguir quizá evocar del todo aquella experiencia que, para cada vida humana, es la experiencia del Espíritu, de la libertad y de la gracia [1].
Para la conversación… contexto en el horizonte de la madurez afectiva…
«Maduración afectivo quiere decir desarrollo e integración de todas las fuerzas y emociones de la persona humana...» (Flaherty). Estar atento a una vida sana afectiva es indispensable para el crecimiento espiritual y la capacidad de entregamos plenamente en nuestro trabajo. El ser humano sigue desarrollándose y dejar de crecer es estancamiento, es morir antes de tiempo, es como dice el texto “separado… sin poder dar fruto” (v.4).
Al adentrarse en el horizonte psicológico de la mística de la afectividad, el manejo complejo de las emociones forma lo que algunos psicólogos llaman «la inteligencia emocional», en la que se puede señalar cinco aspectos que la facilitan a saber para vivir con felicidad y eficacia: Auto-conocimiento, manejo y procesamiento de las emociones; auto-motivación; el reconocer las emociones en los demás (empatía); y finalmente, el adecuado manejo de las relaciones interpersonales.
De todas maneras como afirma Aristóteles: «Cualquier persona puede llegar a enojarse; esto es lo más fácil. Pero el enojarse con la persona indicada, en el nivel apropiado,  con el momento oportuno, por un motivo razonable y en el forma adecuada, no es fácil». (Aristóteles, EN).







[1] K. RAHNER, Erfahrung des Geistes, Reiburg, 1977, pp.37-42, citado por Weger, Karl-Heinz, Ibid. pp. 105-107.




lunes, 23 de abril de 2012

Estilo jesuitico: una mística de la simpatía



El modo de proceder de la Compañía encuentra su fundamento en la propia experiencia de su fundador. Durante su conversión, en Manresa, Ignacio vivió una experiencia pedagógica. En su relato autobiográfico, cuenta en tercera persona: "En ese tiempo Dios se comportaba con él de la misma manera que un maestro de escuela se comporta con un niño: le enseñaba" [1]. Ignacio no recibía esta enseñanza como una lección magistral caída del cielo, sino a través de la atención que ponía a lo que estaba viviendo.
De su experiencia, Ignacio fue deduciendo una serie de principios metodológicos y pedagógicos que van a caracterizar su manera de proceder cuando se trate de ayudar a hombres y mujeres a encontrar su camino, es decir, a que lleguen a ser libres y responsables de sus vidas. Un acontecimiento mayor marcó particularmente al neoconverso Ignacio. Una iluminación que lo transformó durante un paseo a orillas del Cardoner, un río del entorno de Manresa. "Los ojos del entendimiento se le comenzaron a abrir. No es que hubiera tenido alguna visión, sino que comprendió y conoció numerosas cosas, tanto espirituales como concernientes a la fe y las letras, y esto con una iluminación tan grande que todas estas cosas le parecían nuevas" [2].


DIOS EN TODAS LAS COSAS

En una especie de "visión sintética" [3], Ignacio atrapa la unidad que liga el conjunto de los misterios de la fe, las realidades del mundo y de la Historia. Jerónimo Nadal, su confidente, escribe: "Los ojos interiores de su entendimiento se abrieron con una luz tan intensa y abundante, que tuvo inteligencia y conocimiento de los misterios de la fe y de las cosas espirituales y también de lo que concierne a las ciencias, al punto que le parecía que percibía la verdad de todas las cosas de un modo nuevo y con una inteligencia muy clara... como si él hubiera visto la causa y el origen de todas las cosas" [4]. Para Diego Laínez, otro de sus cercanos, Ignacio "comienza a tener sobre todas las cosas una nueva mirada" [5]. ¿En qué consistía la novedad de esa mirada? Comprendiendo que Dios es tanto el Creador de la naturaleza como el autor de la gracia, en adelante Ignacio no podrá separar nunca más los dos órdenes. Al entender en un mismo movimiento las realidades espirituales y profanas, acaba con la separación entre el mundo de abajo (el de los hombres) y el mundo de lo alto (el de Dios), entre lo sagrado y lo profano, entre el orden de la gracia y el de la naturaleza. También establecerá como Principio y Fundamento de su planteamiento el hecho de que toda realidad, toda situación, todo encuentro, toda circunstancia puede ser lugar de la presencia de Dios, ocasión de amar y de servir. Por eso, dará siempre una gran importancia no solo a las virtudes espirituales, sino también a las naturales y a las cualidades humanas.

En una época en que la sociedad cambiaba de paradigma, pasando de una concepción medieval ilustrada por la escolástica a un modelo inspirado por el Renacimiento, Ignacio propuso, no teóricamente sino en la práctica, una nueva síntesis antropológica y teológica al afirmar la unidad entre la dimensión humana y cristiana de la persona. Así, el hombre accede a un estatuto de sujeto responsable, autónomo, libre y dueño de sus decisiones, capaz de encontrar la voluntad de Dios inscrita en él y no en alguna parte por encima de él. Ignacio, que no es un profesor sino un pedagogo, no desarrolla una teoría ni elabora una teología. Se contenta con acompañar a las personas en su crecimiento espiritual y humano, ayudándolas a liberarse de las superestructuras genéticas, sociales, religiosas, morales, que las condicionan y las reducen a no ser más que "robots" bien programados [6], para convertirse en artesanos de su propia libertad. Una palabra de Nadal resume bien su proyecto pedagógico: quiere ayudar a las personas a "encontrar a Dios en todas las cosas". Esta manera de proceder exige dos actitudes que desea ver en todos sus compañeros: la capacidad de tener una mirada positiva de las realidades terrestres y una gran movilidad espiritual e intelectual.


UNA MÍSTICA DE SIMPATÍA

Puesto que Dios actúa a través de la Historia, Ignacio aborda de manera positiva y benévola la realidad terrestre. Lejos de huir del mundo, como los Padres del desierto o los monjes, tiene una mirada contemplativa y optimista del mundo, como el lugar del servicio y de la adoración. Karl Rahner habla de una "mística de la alegría del mundo" (Mystik der Welt – freudigkeit). En los Ejercicios Espirituales, contemplando el misterio de la Encarnación, Ignacio invita al ejercitante a ver cómo Dios se inclina con amor y compasión sobre el mundo, en el Siglo de Oro español [7]: que el ejercitante se esfuerce en mirar su propio mundo con los ojos de Dios. Teilhard de Chardin es buen ejemplo de la manera ignaciana de mirar el mundo. Quien pretende encontrar a Dios en todas las cosas y quiere ayudar a otros a lograrlo, debe demostrar disponibilidad, movilidad intelectual y espiritual. Liberado de esquemas a priori o dogmatismos de cualquier género, debe ser un hombre libre, dispuesto a comprometerse allí donde comprenda que Dios lo llama. Ignacio lo explica con el ejemplo de una balanza bien equilibrada, que, ante la menor solicitud, está dispuesta a inclinarse a una parte o a otra.

Por otra parte, a Ignacio le gustaba definirse como un peregrino, un hombre en camino, no solo geográfica o físicamente, sino también intelectual, espiritual y culturalmente, capaz de interesarse en lo que inquietaba al mundo de su época, listo para ser llevado donde esperaba poder servir eficazmente. Esta disponibilidad supone una actitud de simpatía y una disposición a no juzgar a priori. Al comienzo de los Ejercicios, en el momento en que una persona se va a poner en marcha para encontrar su camino, Ignacio apela a un principio que está en el fondo de su corazón (pese a que fue nueve veces víctima de torcidos procesos y denuncias ante la Inquisición): "Un buen cristiano debe estar más inclinado a salvar la proposición de su prójimo que a condenarla. Y si no logra justificarla, que le pregunte qué ha querido decir, y si tiene la impresión de que se equivoca, que lo ayude con amor a ver claro" [8]. Solo quien es capaz de cuestionarse sobre su propia visión del mundo y de la Historia podrá lograrlo. Excluyendo todo dogmatismo, está convencido de que el otro, incluso el adversario, puede ayudarlo a progresar hacia la verdad. El consejo mantiene extrema actualidad en una época donde la sociedad se organiza según un nuevo paradigma (evolución, secularización) que pone en juicio la explicación del mundo de la que somos resultado. El respeto a la autonomía de la persona asumido por Ignacio no significa que él adopte una posición neutra. Está consciente de que tiene ante sí personas que no están destinadas a desaparecer, sino que les espera un destino trascendente. Como portador de una fe, de una visión particular del mundo y de la Historia y de una escala de valores inspirada por el Evangelio, quiere "ayudar a las ánimas".


PONER ATENCIÓN A LA HISTORIA

La atención puesta en la historia, en primer lugar. En los Ejercicios, al comienzo de cada oración Ignacio recomienda al ejercitante "recordar la historia" que va a contemplar. Esta atención a la historia es una de las características de su realismo. Quien pretende ayudar a una persona a dar un paso hacia la libertad y la autonomía debe comenzar por conocer la realidad de otros, su contexto de vida, los condicionamientos que pesan en sus decisiones, las experiencias que influyen en su imaginario. Esto exige de la persona que se dirige a otra una dosis de flexibilidad, gran libertad interior y capacidad de operar un cambio. Aquel que pretende saber por anticipado lo que le conviene a su interlocutor es un ciego que guía a otro ciego.

Experimentar o sentir, y gustar interiormente. En los Ejercicios, Ignacio sostiene que es importante que el ejercitante reflexione y "sienta" por sí mismo las cosas, "porque no el mucho conocer harta y satisface el alma, sino sentir y gustar las cosas interiormente" [9]. Dirigirse solo a la racionalidad de una persona, dándole lecciones y explicaciones, no es suficiente; también es necesario apelar a su capacidad de experimentar por sí misma lo que vive, ayudándola a estar atenta a los movimientos constructivos o destructivos que la agitan interiormente. El camino que busca se encuentra en ella y no debe ser sacado del exterior.

Verificar confrontando el espíritu con la letra. Quien no quiere ser víctima de un subjetivismo de mala calidad debe confrontar su experiencia personal con la realidad social, con las necesidades de hombres y mujeres a los que es enviado. Ignacio comenzó yendo "solo y a pie". Pero sintió la necesidad de congregar compañeros para discernir juntos las necesidades de la sociedad de su tiempo, los "signos de los tiempos", retomando la expresión del Vaticano II. Sin poner en duda sus intuiciones, persuadido de que podía hacer la experiencia de Dios sin intermediarios, a pesar de todo siempre tuvo cuidado de comprobar el espíritu que lo animaba con la letra de la institución, incluso cuando ella lo sometió a procesos mal hechos.


DECIDIR Y REEXAMINAR

Evaluar o poner en cuestión. Una de las prácticas esenciales de Ignacio es lo que él llama "el examen", es decir, el hábito de verificar regularmente si su acción se desarrolla de acuerdo a la decisión tomada. ¿Qué he hecho? ¿Qué hago? ¿Qué haré? Se trata de sacar lecciones de lo vivido para continuar o emprender algo nuevo. Este continuo cuestionamiento le permite, cuando corresponde, reorientar su acción y abrirse a nuevas experiencias. Se trata de una práctica inevitable para quien no se contenta con repetir viejos esquemas ni con seguir cautivo de estructuras o métodos que ya no responden a las necesidades del mundo contemporáneo.
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[1] Ignacio de Loyola, Escritos, "Relato" n° 27.
[2] Ibid., n° 30.
[3] La palabra es de Pedro Leturia.
[4] MHSI, Fuentes Narrativas, II, 239 y 240.
[5] "Carta del 16 de junio de 1547", Fuentes Narrativas, I, 81.
[6] La palabra es de Maurice Zundel.
[7] Ejercicios, n° 101: "Contemplación de la Encarnación".
[8] Ejercicios, n° 22.
[9] Ibid., n° 2.
[10] Ibid., nos 230-231.


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Nota: Tomado de la revista digital Mirada Global por Pierre Emonet, S.J. - Artículo publicado en revista Choisir, pp. 9-12. También publicado en revista Mensaje, www.mensaje.cl

viernes, 20 de abril de 2012

Entrevista de Cristovisión a Anselm Grün



Entrevista en Cristo visión con el P. Anselm Grüng,
Entrevistador P. Ramón Zambrano.

En la que abordan temas como la relación entre espiritualidad, sexualidad, el  problema del mal y del demonio, el papel político del cristiano, y la importancia del papel de la Iglesia para el mundo actual.


El P. Anselm Grün tiene 20 millones de libros vendidos en todo el mundo, y más de 270 obras escritas.
Afirma que se siente contento y acogido en Colombia, en donde ha recibido con gusto las preguntas que le han hecho.

Asevera que no me considero Maestro, soy sólo un monje ocupado en la búsqueda de Jesús que es mi camino.

En sus libros –pregunta R.Z.–, hay un ingrediente interesante, en el que se muestra la el contacto con K. G. Jung, S. Freud, entre otros. ¿Cómo logra esta síntesis?

 Ingresé al monasterio en 1968, año de una revolución. En este momento buscamos dialogar con otras fuentes de meditación tales como el zen y la psicología. Luego redescubrimos a los antiguos padres de la Iglesia, y les pusimos en diálogo con la psicología y otros estudios.

R.Z.: En sus libros aparecen poetas, cantantes, frases como de los Rollings Stons, hasta de filósofos no muy creyentes, ¿cómo se logra esta síntesis?

A.G.: Mi tarea es redescubrir la liturgia como fuente a partir de la tradición, y también importante tener contacto con filósofos, músicos, poetas contemporáneos que me permitan transmitir el mensaje cristiano de alguna manera. Creo que los poetas han entendido algo de esta tradición espiritual cristiana, aunque han utilizado su lenguaje propio.

R.Z.: Textos como de Nietzsche, Adorno, Kierkegaard, al emplearlos algunos dirían que este filósofo y este psicólogo no es católico, sin embargo,  ¿Ud. por qué los usa?

A.G. Para mí ha sido importante, para la teología, estar en contacto con la filosofía, la psicología y otras ciencias, tal como lo hicieron en su tiempo Santo Tomás de Aquino quien siempre citó a un filósofo no cristiano: a Aristótles.

Jesús es el resumen de toda la sabiduría del mundo., Jesús es más sabio que salomón y todos  los sabios.

R.Z.: ¿El cristiano del siglo XXI debe descubrir la bondad y sabiduría en otras realidades así no sean cristianas?

A.G.: Para mí es importante que los cristianos estén abiertos a la discusión con otros aspectos a la sabiduría del mundo y que haya una discusión intelectual para que el cristianismos llegue al culmen de la espiritualidad.

R.Z. Algunos ven con prevención el yoga, el zen, la cultura occidental. otros podrían estar prevenidos ante estos caminos. ¿Qué podeos decir?

A.G.: Yo mismo practiqué durante 6 años meditación zen, pero fue importante redescubrir los caminos cristianos de meditación y practicarlos. Para mí es muy importante el diálogo con tras religiones sin mezclarlas. En la actualidad escribo un texto con una maestra budista, y hemos discutido lo que experimento, cuando como cristiano medito. Y me siento ante Dios y recito la oración de Jesús, Señor Jesucristo, ten piedad de mí, la oración del corazón. Y esta oración me lleva a lo más profundo de mi alma donde experimento el gran amor de Cristo. Cuando este espacio para mí le dije es el espacio del amor, mi maestra respondió que el amor es demasiado complicado. Ella me dijo que para ella es un espacio del vacío, yo en cambio le dije que el vacío es demasiado frío. Creo que ella confundió el amor con el sentimiento, la emoción. El amor es el fundamento último del mundo y de la creación.

R.Z.: ¿El tema de la Sexualidad cómo la podemos relacionar con la espiritualidad?

La sexualidad la podemos entender como expresión de lo que soy, y mi ser no sólo está referido a lo físico. La sexualidad es un don de Dios a los hombres, sin embargo ésta puede convertirse en una adición. La sexualidad es trascendencia, olvidarse a sí mismo, dirigiéndose hacia Dios, y por otra parte debe ser expresión de la personalidad.

Esta tensión fuerte entre casi libertinaje y posesión conservadora, no existe en el cristianismo ni  en otras religiones. Es tensión entre algo fascinante y donde puedo llegar a ser vulnerable, por ello es tan importante, humanizar la sexualidad. Es importante que entendamos la  sexualidad como un camino para encontrarnos con Jesús. Los místicos nos dejaron escritos sobre sus experiencias espirituales con Dios a través de un lenguaje erótico. Hoy, muchos están obsesionados con la sexualidad y  se enferman, o tras se enferman por la negación de su sexualidad, por ello es importante abordar críticamente la sexualidad, pero llenos de confianza.

Afirma también que el P. Grün entró en el Monasterio a los 19 años, y estudió Filosofía y Teología y en 1971 se ordenó como sacerdote. Para un benedictino es importante el trabajo, y, además, las tres horas al día de oración.

Cuando estudié teología quise ser consejero espiritual. Me promoví como teólogo y me pidieron que fuera el mayordomo del convento. Fue gran crisis porque no quería dedicarme a la administración del convento, pero tuve que practicar la obediencia, y ver que con esto también podía servirle a mi comunidad y a Dios.  Siempre he trabajado a gusto con los jóvenes y dándoles cursos, y fui vinculando el trabajo de consejero y el del Monasterio. El primer libro que escribí intenté expresar mis experiencias como consejero y las labores del monasterio. Nunca me imaginé que escribiría tantos libros.

A la pregunta sobre cómo ayudar a las personas, estoy agradecido que hayan personas que me lean y estén en mis conferencias, intento concentrarme en los problemas, pero tengo la idea de liberarme de que puedo resolver todos los problemas. Por ello importante la oración, para ofrecerle a Dios los problemas. Obviamente, he tenido la experiencia de la alta expectativa que tienen en mí y creer que puedo solucionar todos sus problemas. Es importante la humildad para que crea que puedo resolver todos los problemas y mantenerme alejado de los problemas de los demás.

La espiritualidad me ayuda, porque Jesús mes magnífico terapeuta, aprendo mucho del diálogo con él. La psicología es importante porque me permite reconocer las heridas, y sanarlas al saber que allí Jesús entra a transformarlas.

Los monjes y la biblia se refieren a los demonios, la biblia también los tienen presente, tenemos que protegernos de dos peligros, el primero de resolverlo todo desde la psicología y el otro el de personificar demasiado al diablo, en este sentido es muy importante la teología dogmática, que es muy sobria y clara. Afirma que el diablo y el demonio son poderes personales, mas no personas. Impiden mi desarrollo personal, son mi lado oscuro, pero el diablo no es una persona, como Dios, o un ser humano, pero el diablo es un ángel de la dimensión profunda del mal. Como Ud. dice mucho del mal viene de las heridas que la vida, pero en el fondo del inconsciente hay un nicho oscuro de poderes oscuros, que es lo que llamamos el mal.

R.Z.: pone de presente que el P. Grün había venido en Bogotá, al Rosal, en 1989 y un poco tiempo en Bogotá.

A la pregunta sobre la oración afirma que mi oración tiene diferentes formas, la coral en comunidad, en la segunda la oración del corazón, del Señor Jesucristo, ten piedad de mí, y finalmente, simplemente me siento en silencio ante Dios y dejo que Dios me hable críticamente.

Ante las obsesiones que impiden orar, es importante que no reprimamos, sino que precisamente se las ofrezcamos a Dios, y nos preguntemos, en diálogo con Dios, qué quiere decir lo que nos sucede. En los pensamientos que emergen me puedo dar cuenta qué es lo verdaderamente importante para mí, estableciendo un verdadero diálogo con Dios.

R.Z.: Algunas personas afirman que no puedo cambiar, a pesar de muchos esfuerzos, y diálogos, sobre la oración. Qué les podemos decir?

A.G.: Muchas personas quieren cambiar, pero la concepción cristiana no es cambiarte sino transformarse. En el cambio hay algo agresivo, dejar de ser algo que tengo que desechar, en la transformación es mucho más suave soy esta persona, con celos, o ira, miedo, el arte de la vida espiritual, consiste, precisamente en que pongamos el miedo ante Dios, en que pongamos la ira ante Dios. Conozco quienes pelean con el miedo, no lo quieren sentir, p.e. si tengo miedo de lo que piensen los demás de mí, si me quieren o no, debo mirar el miedo, y ante mí mismo debo descubrir que más importante que mi miedo es Dios, y es allí, precisamente, donde puede suceder la transformación. Esta transformación de todo lo que siento, celos, ira, rabia, lo confronto desde el fondo de mi alma con Dios, y con Jesús, y desde allí lo puedo transformar en lo contrario, paz, consolación, serenidad.

Cuando entré al noviciado no me gustó el capítulo de la regla que habla sobre las miradas, ahora siento que en él hay muchísima sabiduría. Y ahora entiendo que esa rara vez de mi realidad, puedo acceder ll fundamento y descubrir allí a Dios. La envida sigue estando allí, pero ya no tiene poder sobre mí.

Realidades tales como envidia, deseo al dinero, lujuria, no tendrán sobre nosotros poder…  
Si les sometemos al proceso de la humildad consistente en reconocer estos mismos sentimientos. Al reconocerlos e identificarlos, ya no tendrán poder sobre mí.

Quiero subrayar unas palabras de Jesús cuando afirma que ejército con 20mil y otro con 10 se ven confrontados, y lo mejor es acordar la paz entre ellos. Cuando entre al noviciado llegue con mis 20 mil soldados, con todas sus disciplinas y diligencia para entenderlos, pero caí en una profunda crisis. Es importante tener presente la palabra de Jesús, quien afirma que es mejor hacer un pacto de paz, y reconciliarnos con las iras, miedos, suceptibilidades. Los enemigos se convierten en amigos.

R.Z. El mundo de hoy es complejo, algunos piensas que se va a acabar, que algunos hablan hasta con la virgen, tal vez, lectura pesimista. ¿Qué dice Ud. sobre el mundo?
A.G.: Frente a este me uno es muy importante verlo tal como es y en ese mundo hay muchas cosas negativas, la pregunta es cómo hacer que el espíritu de Dios entre a este mundo y desde allí lo podamos transformar. Es allí cuando las semillas pueden convertirse en árboles. Y es en este sentido en el que tengo la esperanza de que el espíritu de Cristo transforme al  mundo.

Lo políticamente correcto, el papel del creyente en el mundo de hoy, cual es el compromiso del hombre de hoy.

A.G.: Lo políticamente correcto es demasiado poco, Jesús mismo luchó y se opuso a muchas cosas con las que no estuvo de acuerdo, la valentía es muy importante hoy.
La Iglesia del siglo XXI, qué paso tiene que dar… es importante que la Iglesia ponga en su centro a Dios, porque sólo así el hombre podrá encontrar su centro, y sintiendo  mantener el anhelo humano de encontrar al totalmente otro sólo así puede encontrar un espacio libre y encontrar el totalmente otro. La Iglesia cree un espacio donde las personas que anhelen la espiritualidad encuentren una respuesta. Finalmente, crear un espacio ante una sociedad que nos dispersa, por todos los lados, crear un espacio donde pueda vivir una real comunidad. Otro aspecto, crear un espacio de lo sagrado, ya que este es lo que nos sana, en cada ser humano hay un espacio sagrado sobre lo cual  que nos sane, en cada ser humano hay algo sagrado, sobre lo cual los demás no pueden disponer, y los demás no tienen acceso.

Oración final.

Señor misericordioso y bondadoso bendice a todas las personas en Colombia, sostén tu mano protectora sobre ellos y cúbrelos con tu manto acogedor. Bendícelos para que todo lo que hagan les convierta e bendiciones para los otros.
Y bendice, Señor, también, a todos los cristianos de este país, para que sean a su vez bendición para todos. Amén.

lunes, 16 de abril de 2012

Instructivo sobre cómo iniciar los EVC



Instrucción sobre la oración (EVC: Ejercicios en la Vida Corriente)

Calla y contempla

1. ¿Cómo orar? R/. Serenándome...


En la vida cotidiana, la actividad del trabajo nos cansa y nos preocupa hasta el punto de que nos cuesta fijar la atención, concentrarnos en una sola cosa y permanecer allí en silencio. Es preciso comenzar serenándose: respirando hondo. Conviene antes de  comenzar a orar, soltarse con libertad y auitar todas las tensiones corporales.
Luego, conviene liberarse espiritualmente, poniendo en las manos del Señor todas mis preocupaciones, temores y angustias. Si percibo que debo anotar algo importante, lo escribo procurando tranquilizarme. Vale la pena este rato entregarlo sólo a Él.
Los segundos que pase tratando de calmarme no son tiempo perdido para la
oración.
Finalmente, puedo entrar en el espacio sagrado a través de un sencillo rito, que me permita orar con calma. Entro en el escenario de la adoración a Dios, quien me acoge bondadoso.

2. Serenándome... delante de alguien

Ahora, sentado, o de rodillas, según descubra que sea lo más conveniente, procuro entrar en coloquio con Dios Padre de NSJ, también puedo dirigirme a Jesús.
Para ponerme delante de DIOS no basta emplear mi imaginación creadora, sino que requiero de la Fe en Dios y sentirnos en una relación especial con Él, que ora en mí como Espíritu de Jesús. puedo decirle confiadamente:
"Tú estás aquí Señor".
"Tú me ves. Más aún, Tú me contemplas con amor".
"Tú me escuchas realmente".
"Soy alguien importante para Ti, lo creo".
Procuro actuar de acuerdo a lo que lo que creo. "Si Tú estás aquí, Dios mío, no puedo estar en cualquier postura y actuar como si estuviera totalmente solo/a; o distraerme.
Permíteme Señor, actualizar tu presencia".
"Señor, tu presencia me da la paz que necesito, la confianza, porque eres mi Padre
bueno. Estoy contento/a de estar contigo".

3. Serenándome ... delante de alguien ... y, en espera de algo

Me he calmado, me he puesto en presencia de Dios ... pero, ¿qué puedo esperar? En
algunos pasajes de la Biblia se nos dice: "Yo te conduciré al desierto y allí te
hablaré al corazón" (Os 1,16). Dios te quiere hablar al corazón. Calla. Escucha el silencio.

Estas palabras pueden ayudarte...

Estas u otras frases dilas despacio, repite, dejando momentos de silencio. Puedes ir
tomando algunas cada día.
En la oración no se trata de decir muchas cosas, eso no llenará nuestra alma; lo
importante es sentir profundamente, en forma lenta, así como se saborea una
rica comida,
A Zaqueo Jesús le dice: "Es necesario que yo me aloje hoy en tu casa",
"Si alguno me ama.., yo le amaré y me manifestaré a él",
¿Qué puedo esperar de mi oración? Un contacto consciente, vivo, real, con Dios, el

Dios de mi corazón, que me hará decir:
"Habla, Señor, que tu siervo escucha",
"Muéstrame tu rostro, quiero conocerte con mi corazón",
"Ven, Señor Jesús",
"Celebra todo mi ser la grandeza del Señor, y mi Espíritu se alegra en el Dios que me salva..,"
Confianza filial en Dios: "Tranquila y en silencio he mantenido mi alma como un niño en los brazos de su madre",
"Vengan a mí los que se sientan cargados y agobiados, que yo los aliviaré",
"Yo estaré contigo .., no te dejaré ni te abandonaré.." sé valiente y ten ánimo",
"Felices los que habitan en la casa del Señor y te alaban sin cesar",
"Feliz el que pone en Ti su confianza",
"No temas, ni te asustes, porque contigo está tu Dios, adonde quiera que vayas",
"A ti, Señor, me acojo .." sé para mí una roca de refugio", "Aunque tenga que pasar por valles oscuros, no tendré miedo, porque Tú estás conmigo",
"El Señor es clemente y compasivo.... el Señor da su mano a todos los que caen y ayuda a levantarse a todos los postrados",

Debo tener mucha confianza, porque Dios está interesado en conversar conmigo,
y quiere ayudarme.

viernes, 13 de abril de 2012

Sueños de Dios, su morada en medio de nosotros




Los sueños de vida
La morada de Dios en nosotros


Por:
Anselm Grün
Conferencia  pronunciada en Uniagustiniana,
Bogotá, Abril 13 de 2012.
(Apuntes ag/gz)

Para recuperar nuestros sueños de vida, algunas veces tenemos que atravesar por el camino del dolor. A pesar del de que se haya partido todo… es muy importante recuperar ese sueño, que en el fondo nos lleva a la fe. En medio del sufrimiento podemos experimentar quién es Dios, que se manifiesta de muchas maneras.
Es, precisamente en el  núcleo del mismo dolor encontrarnos con Dios. Este encontrar a Dios en medio del dolor está unido a la fe.
Algunas veces, este sueño se desbarata, sin embargo, atravesando el mismo sufrimiento logramos abrazar el dolor y llegar al fondo de mi alma, y allí mismo descubro mi propio ser, la imagen que Dios ha hecho en mí. Atravesando el dolor, sueño mi vitalidad. Cuando me niego a sentir el dolor por medio del resucitado expreso de varias maneras esta negación. Por ejemplo: quejándome que no hace otra cosa que la autocompasión, o tal vez, sintiéndome culpable, o haciendo culpables a los otros, a loa sociedad, a los amigos, porque el sueño de mi vida se derrumbó.
Pero esta incapacidad de dolor bloqueada por el dolor  puede presentarse como incapacidad para soñar dolor, o hacer el duelo. El duelo es por los sueños de vida que se han desbaratando, porque no están bien gestados, ya que la realidad no coincide con los sueños.

Es importante sentirse acompañado en los momentos de crisis, como lo es también el hecho de sentir el dolor.

Aunque bien sabemos que cada vez que me decido por algo, también me decido en contra de algo (y lo puedo lamentar, seguramente). Si me decido lamentar por el hecho de ser monje, por no tener esposa, o, en el caso de una persona casada, de tener sólo ésta esposa. Notamos que cada vida es relativa. No podemos vivirlo todo.

Si me lamento por mi mediocridad, por medio de ella llego a la “realidad”. Por medio de ella, puedo llegar a tocar mi realidad. De todos modos, puedo tildar a los otros que tienen la culpa de que mi vida sea tan difícil, voy haciéndome consciente que, de todas maneras, debo hacer el duelo, es decir, despedirme de mis ilusiones. De todas maneras, tengo que vivir así como soy.

Los sueños de la vida, coinciden con la imagen que se quiere formar dentro de nosotros.
Según Platón, la educación consiste en formarnos imágenes dentro de nosotros (Build).
Dios tiene una imagen para cada uno de nosotros. Y cada uno de nosotros es imagen de dios, pero nuestro deber es semejarnos cada vez más a Dios.
Es preciso nutrirse de esta imagen interior de Dios en nosotros, como de una fuente inagotable, original, auténtica.
No querer vivir de otra imagen que de la expectativa de los demás, es una verdadera tragedia para muchos. Soñaron expectativas que no coincidieron con su manera de ser.
Preguntémonos ahora, ¿cómo encontrar esta imagen única de Dios en nosotros? Existen dos caminos a) Sentirme ante Dios de tal manera que mi vida fluya tranquilamente, estoy en concordancia con la imagen que Dios ha hecho en mí. Soy semejante a Dios. En segundo lugar b) mirar en la infancia allí donde me entretenía sin cansarme, allí donde podía estar en contacto conmigo mismo.

Preguntémonos, ¿qué imagen de mí tendré mañana en mi trabajo? A esta pregunta una profesora respondía que sería una “domadora”.

Un sacerdote que acudió a una consulta contaba que tenía dos grandes imágenes. La primera de ellas consistía en un sueño recurrente en que venía una gran empresa espiritual, la Iglesia, pero que muy pocos acuden a ella. En segundo lugar, se sentía encima de una duna de arena en la que no podía caminar, allí donde no vale ningún movimiento. Se le preguntó ¿a qué jugaba cuando niño? Y respondió que con una gran represa formada por muchos riachuelos, pero que experimentaba en el mismo sueño que cada día volvía a empezar. Pero, ¿cómo relacionar estas imágenes? ¿cómo volver a movilizar h hacer fluida la vía de quienes se sienten estancados? ¿cómo volver a encontrar la dirección correcta? En el contacto con esta imagen del sueño, pudo recuperar su deber su deber como sacerdote. Permitir que los otros encuentren su propio sueño, y dejar fluir ese sueño desde su trabajo pastoral y de fe.

Otro ejemplo que podemos mencionar es el de un director del colegio quien se confrontaba con unos niños complicados, unos padres exigentes, un ministerio de educación burocrático. A la pregunta ¿dónde jugaba cuando niño? Respondió que en el ático de su casa, es decir, que buscaba construir su propio mundo. Esta construcción de su propio mundo representaba la tarea a la que se sentía motivado como educador, permitiendo que cada quien construyera su propio mundo, acompañando a los otros a su autonomía y madurez.

En síntesis, es tomando contacto con la imagen interior que nosotros tenemos de nosotros mismos, como la vida es capaz de fluir otra vez.

Podemos también anotar el ejemplo de la esposa de un industria, quien gastaba grandes cantidades de dinero en terapias costosas al pensar que estaba en la dirección equivocada, deseaba ser escritora o poeta a los cuarenta años de edad. Sin embargo, ahora, a su edad, -pensaba para sus adentros- no tenía mucho sentido. De todas maneras, lo que había construido hasta el presente, también cuenta como su sueño. Lo construí hasta ahora está bien, pues se trata de llegar a la propia fuente interior, a su propio sueño de vida. De este mundo frío, podemos hacer, a través de un lenguaje cálido y acogedor, un mundo mejor, vital al que aludiremos en la segunda parte de esta conferencia.

Los sueños de la vida los podemos delimitar como la fuente que mana de nuestro interior y nunca se seca. Estos sueños de la vida nos revelan la visión que Dios tuvo sobre nosotros para construir el mundo. Cada uno de nosotros es importante para Dios, y tiene un sueño de vida, que no necesariamente tiene que ver con algo grandioso. Se trata simplemente de entrar en contacto con nosotros mismos, e ir construyendo un mundo diáfano e impregnado por el espíritu de Cristo, quien es el mejor sueño de Dios sobre un hombre, como bien lo asevera el Concilio Vaticano II cuando afirma que en Cristo se nos revela el verdadero sentido del hombre (GS 32).

En la sesión de preguntas, subrayó Anselm Grün que las crisis de la mitad de la vida son la oportunidad para entrar en contacto con nuestra fuente interior; al entrar en contacto con nuestra fuente interior, estamos en contacto con nosotros mismos.

El sueño de vida nos revela la fuente que tenemos en nuestro interior, y  nos ayuda tener presente los sentimientos de nuestra infancia, los juegos, los deseos. La mística alemana Hildegard von Bingen afirma que “el arte de ser humano es convertir las heridas en perlas”; ya que las heridas te abren a ti mismo, a tu verdadero ser. Al reconciliarse consigo mismo, podemos ayudar a otras personas porque es abriéndose a sí mismo como nos configuramos en una bendición para los otros.
Los sueños de la vida se dan también a lo largo de toda la vida. Lo importante es no dejar de soñar, y diferenciar muy bien los sueños de las ilusiones. Por ello es importante ser críticos ante nuestras propias quimeras.

La depresión es un grito que ayuda al alma. Es factible que nuestras imágenes interiores contrasten con las imágenes que nos proponen los medios de comunicación. Es preciso escuchar la voz que nos habla desde el silencio, por ello los espacios de la Eucaristía, la meditación, la liturgia, son excelentes oportunidades para nuestro peregrinar interior. Es un peligro acomodarnos a las imágenes del mundo moderno. De todos modos, nuestros juegos de la infancia nos permitieron ir ensayando nuestra propia realidad, que es preciso dejar fluir en el espacio propio del cuerpo, recordando especialmente, cuando éramos niños. De ahí la importancia de dialogar mucho con ellos, ya que son estos grandes filósofos y teólogos que tenemos en casa, procurando no eludir ninguna de sus preguntas. Debemos asumir esto como un reto.

Dios habla en clave a cada persona
(2ª parte de la Conferencia, Abril 13/2012)

Si Dios nos habla en clave a cada persona, nuestra tarea será descubrir la única palabra de Dios revelada en mí. Si se pide a cada quien hace un alto, y anote éste mensaje de Dios escrito en su interior, aquel mensaje que brota de su corazón, luego se puede poner en común el lenguaje escrito para cada quien. Cada mensaje expresa el mundo de alguien. Así fue desde antiguo con los profetas, los reyes, expresaron lo que Dios quiere de ellos.
Dios se hizo un sueño del hombre,  y éste sueño se empañó, por ello es preciso volverlo a sopar. Con Jesucristo, el Padre volvió a soñar el hombre. Recordemos como el evangelista Lucas, según afirma la tradición, era pintor. Escribía creando un cuadro. Jesús es una persona real. Recordemos que para Platón, educar es instruir, hacer una imagen interior, la imagen divina que cada uno de nosotros lleva dentro de sí. Platón escribió 400 años antes de Cristo, y afirmaba que a un justo le clavarían, le colgarían, le crucificarían en una cruz.

En el evangelio de San Mateo se afirma sobre Jesucristo que: éste fue el hombre verdaderamente justo.
Jesús cumple con el hecho de ser el hombre verdaderamente justo. La vida de Jesús, es tal como una “obra de teatro”. El teatro es el escenario espiritual. La obra de Teatro, según Aristóteles, es una “catarsis”, que permite limpiar la visión, recuperar la imagen verdadera, distorsionada en la tragedia.
San Lucas nos presenta la crucifixión como una obra trágica, donde todos los que miren, son golpeados de tal manera por lo que vieron que quedan inmediatamente transformados. Jesucristo crucificado, es la verdadera imagen divina sobre el hombre. Este contacto con la imagen de Dios, se hizo en nosotros vida, quien la mira, se transforma. Somos salvados por la contemplación de esta imagen, según nos sigue afirmando el evangelio de San Lucas. Jesús en la cruz comprendiéndome, abrazándonos, sabiendo que nos ha perdonado, nos permite experimentar salvación. Al ver en este hombre crucificado al totalmente justo, vemos en Él cómo maneja su relación con este mundo, y cómo nos convertimos en este hombre justo.

La Eucaristía se puede entender también desde el hecho de ser obra de teatro santa, porque cuando la vemos, entramos en contacto con la imagen que Dios se hizo de nosotros. En la Eucaristía, que es la Pascua, debemos imaginarnos esta imagen de Jesús como resucitado que nos hace también resucitar desde el vacío a la fuerza de la plenitud.

La resurrección nos permite pasar de la petrificación y en anquilosamiento, al mundo del dinamismo y de la vida. De la resignación a la confirmación de nuestra vida. De la desesperación, a la esperanza que no conoce ocaso.
Forjamos esta imagen por la Eucaristía encontrando la imagen de Dios en nosotros.

La Liturgia contiene estas palabras e imágenes de dios en nosotros, también imágenes de la sociedad que deseamos; tal como la soñaron los profetas como Amós, Jeremías, Isaías, en verdaderas profecías.

Las palabras de los profetas tienen una fuerza explosiva y transformante de la realidad. La fuerza para la transformación del mundo.
Max O´Callaghan, filósofo de los años 60s, afirmaba que “la iglesia tiene la misión de mantener despierto el anhelo por un mundo diferente y por ello, aporta el cambio a la sociedad”, pues la sociedad es sí es un sistema totalitario, que maneja al hombre, quiriéndole delimitar, definir. Mantener despierto el sueño de Dios en un espacio donde se es libre, es la tarea por excelencia de toda Iglesia.

En épocas del socialismo fue prohibido el texto de Isaías que afirmaba que es preciso “convertir las espadas en arados”. El estado totalitario prohibió que este texto fuera escrito en papel. Los jóvenes los imprimieron en las telas de sus bluyines, camisetas, chaquetas. Estas palabras causaron una honda impresión que muestra la fuerza de la palabra de Dios en la construcción de la sociedad.

También existen pues, los sueños colectivos, como el de Martín Luther King, quien afirmaba con frecuencia: “tengo un sueño”, sueño que si miramos bien, se convirtió en realidad en EEUU al elegir democráticamente a un presidente negro. Si uno sueña, es sólo un sueño, si muchos sueñan, es un camino hacia la sociedad.
Los cristianos sueñan juntos, ese sueño que comienza en la familia. Soñar no es asunto de una imagen ideal. ¿Cómo puede una familia realizar el sueño de Dios en este mundo? Preguntémonos también, ¿qué soñamos como Iglesia? Un sacerdote se sentía en un estado de resignación porque cada vez son menos quienes participan en las iglesias. Es preciso soñar en la Iglesia de hoy, tal como vemos la realidad de hoy. Qué quiere realizar la gente de hoy para que la Iglesia sea ese espacio de  libertad donde se pueda convivir, allí donde la Iglesia sueña que los pobres sean respetados y queridos en el mundo.
De este modo, sentir lo sagrado como algo sobre lo que el hombre no tiene poder de manipulación. En griego el término sagrado permite afirmar que “sólo lo santo puede sanar”. La iglesia crea este espacio sagrado para sanar “hagios”. En alemán el término Heig, expresa el ser poseído por lo sagrado. El término derivado  Hinsicht: puede traducirse como cuidado, sentirse bien  -s in jeder Hinsicht: sentirse bien en todos los sentidos.

La Iglesia crea un espacio sagrado que tiene efecto santificante y sagrado, frente a la gente. El sueño de la Iglesia es el espacio donde Dios está presente en el centro. Sólo entonces es realización del ser humano.

Esta imagen y anhelo espiritual de hoy, anhelo de tener experiencia espiritual, se vive fuertemente en Iglesia, y por ello es preciso globalizarlo, sin dejar que la globalización sea negativa del capitalismo se convierta en una maldición para el mundo.
Globalizar la fe, la esperanza, el amor, es el aporte de la Iglesia que expresa y abre a la esperanza. Esta es precisamente la Pascua, la pasión, muerte y resurrección de Jesús, símbolo de la esperanza donde no hay ninguna muerte que no conduzca a la vida. No hay fracaso por grande que sea, que no  nos conduzca al triunfo. No hay petrificación que no pueda superarse con la vida.

El sueño es entonces, realizar esta esperanza que expresa a Jesús, como resucitado de entre los muertos.
La resurrección  es el reino de dios presente en la sociedad. El reino de Dios que está dentro de cada uno. En cada uno de nosotros hay un espacio de silencio testificando la presencia del reino de dios. Allí experimentamos de 5 maneras esta realidad.

1.       Siendo libres de las expectativas de los demás, de sus ideas, de sus opiniones (como por ejemplo: ¿qué pensarán los demás de mí?). En mi espacio interior soy libre de la opinión de los demás. Allí estoy enteramente ante mí.
2.      En segundo lugar soy libre de palabras hirientes que me puedan afectar emocionalmente, porque siento que mi espacio no hay lugar para ello. Es importante destacar que aún por debajo de las heridas, hay un ámbito sano dentro de mí.
3.      En tercer lugar, allí donde está el reino de Dios, soy original y aún  sin disimular imágenes de mí mismo en las que puedo reconocerme como finito, aún en medio de mis falencias. Allí soy original, soy como soy.
4.      Allí donde está el Reino de dios, somos diáfanos y ni la culpa misma nos paraliza. Debajo de la culpa hay un espacio donde la misma culpa no tiene acceso. Por ejemplo, en la lógica de la guerra el hombre se condena calificándose de que no vale nada. Dios ya nos perdonó, y existe un espacio no obstruido por la imagen de la culpa. Es allí donde están las condiciones básicas de mi propia identidad. Si  nos escuchamos y logramos algo diáfano y puro, allí reside el misterio de dios en nosotros. En esto consiste el “estar en casa” del pequeño ritual de los símbolos de la esperanza, al que San Juan alude cuando nos presenta la cruz, como la imagen del Dios que se nos da y nos invita a vivir la cruz, como la máxima plenitud. Así afirma Juan, que desde la Cruz, atraeré a todos hacia mí.

El Padre Anselm Grün invita a los presentes a poner los brazos en forma de cruz en el pecho, sintiendo que Dios me abraza, en presencia de todas mis contradicciones. Cerrar la puerta de mis brazos, donde está el Reino de Dios sobre mí, y experimentar este “espacio de silencio”. Allí en la gran cercanía de Dios, me abrazo con todas mis positividades y negatividades. Protejo este espacio de silencio y allí donde el reino de Dios habata dentro de mí ser, libre, pleno, seguro, original y auténtico, pero diáfano.

Señor, esta es nuestra casa y haz que tus ángeles habiten en él y nos protejan con tu paz y que descienda sobre nosotros tu santa bendición, que esté siempre todos nosotros, y en torno todos. Te lo rogamos por JNS. Amén.

jueves, 12 de abril de 2012

Jon Sobrino: Jesucristo liberador



Jesucristo liberador
Síntesis de su cristología
(Por: Jon Sobrino, S.J.).
Temas: Jesucristo  liberador
1.        Lectura histórico-teológica del Cristo:
Jesús de Nazareth.
a)      Servicio al Reino de Dios.
El reino de Dios
Jesús y Dios: Jesús ante un Dios Padre
Las parábolas
b)      Jesús y Dios
La oración de Jesús
Dios es bueno
La crisis de Galilea
c)       Muerte en la cruz.
Jesús y Dios
El juicio a Jesús.
La muerte de Jesús.
El Dios crucificado.
El pueblo crucificado.
2.        Historia de las cristologías (No incluido).
La cristología está ante un misterio. En su objeto, Cristo. Hay un exceso de luminosidad en presencia de la oscuridad histórica. Jesucristo es misterio. Hablar de Cristo es callar.

Cristo, se es captado como tal, produce gozo y agradecimiento. Y no hay gozo y agradecimiento que permanezcan mudos para siempre. El contenido de esta cristología es Jesucristo en su totalidad. Aquí se hace una lectura histórico-teológica del Cristo, que es Jesús de Nazareth. En el segundo tomo de la Cristología se ve la historia de las cristologías y la fe en Jesús de Nazareth, proclamado como el Cristo a partir de la resurrección. Veremos tres dimensiones centrales de la vida de Jesús. Su servicio al Reino de Dios, su relación con Dios Padre y su muerte en cruz.
Conocer a Cristo es seguir a Cristo. La cristología elaborada desde A.L. privilegia al Jesús histórico sobre el Cristo de la fe. En el mundo de la pobreza convergen y se remiten mutuamente pobres y Jesús de Nazareth.
El Jesús histórico es el punto de partida de la cristología. El Jesús histórico es Jesús de Nazareth, su vida, su misión, su destino. Sus palabras y sus hechos, su actividad y su praxis, sus actitudes y su espíritu, su destino en cruz y de resurrección: es la historia de Jesús. Lo  más histórico del Jesús histórico es su práctica y el espíritu con que la llevó.
Praxis-práctica: conjunto de actividades de Jesús para operar sobre la realidad social y transformarla en la dirección precisa del Reino de Dios.

Histórico: lo que nos es transmitido como encargo para seguir transmitiéndolo. No significa aquello que es simplemente datable en el espacio y en el tiempo.
Se accede mejor a lo interno de Jesús (la historicidad desde su subjetividad) desde lo externo de su práctica (su hacer historia). Se trata de comenzar con la práctica de Jesús, no con su persona.

A través del Jesús histórico y de lo más histórico de Jesús se busca el acceso personal a Jesús. No presenta en primer lugar conocimientos sobre él para que el hombre decida qué hacer y cómo relacionarse con el Jesús así conocido, sino que presentando su práctica para recrearla y así acceder a Jesús.
El camino lógico de la cristología es cronológico. Éste aparece en el nuevo testamento así:

La misión de Jesús al servicio del Reino: su práctica y la exigencia para realizarla

La pregunta por la persona de Jesús
La confesión de la realidad irrepetible y salvífica, la fe en Cristo.
El punto de partida real es siempre la fe total en Cristo. El punto de partida metodológico es el Jesús histórico.
Los escritos del nuevo testamento, excluidos los evangelios, son unas fotocopias de las diversas cristologías. Recuperan a Jesús. La cristología paulina resultaría un verdadero enigma sin Jesús de Nazareth.
En Pablo hay una referencia intrínseca a Jesús de Nazareth. Pero su cristología está centrada en el Señor resucitado y no hace una valoración teológica pormenorizada de la vida de Jesús.
El nuevo testamento da testimonio de que hay una vuelta a Jesús aún después de que hay fe en Cristo y de cristologías alrededor del resucitado.
Los evangelios fueron escritos desde la fe y para la fe de las comunidades. Es una interpretación teologizada de la vida de Jesús. Los evangelios están centrados alrededor de la pasión de Jesús. Son un relato de la pasión con un largo prólogo.
Las narraciones evangélicas hacen de Jesús el personaje central y son una buena noticia evangelion. En definitiva no  muestran la historia de Jesús.
Se saca de los evangelios que no se puede teologizar la figura de Jesús sin historizarla, narrando su vida y su destino. Sin ello la fe no tiene historia. Y no se puede historizar a Jesús sin teologizar como buena noticia. Sin ello la historia no tiene fe.

Jesús y el reino de Dios.

No hizo de sí mismo el centro de su misión y de su predicación. La vida de Jesús fue una vida descentrada, centrada en el Reino de Dios y del Padre
Reino de Dios: Jesús expresa la totalidad de la realidad y aquello que hay que hacer.
Padre: Jesús expresa la realidad personal, lo que da sentido último a su vida
El Reino da razón del ser de Dios como Abba y la paternidad da fundamento y razón de ser al reino.

El reino de Dios.
“He sido enviado para anunciar la buena noticia del Reino de Dios” Lc 4,43. Jesús proclama el Reino de Dios y no a sí mismo. El tema central de la predicación de Jesús fue la soberanía real de Dios.
Lo último para Jesús fue el Reino de Dios. No fue el reino de los cielos como pura trascendencia a-histórica, ni l iglesia, ni él mismo. Lo último no fue Dios, sino el Reino de Dios; Dios dentro del Reino de Dios.
Jamás nos dice Jesús expresamente qué es Reino de Dios. Lo único que dice es que ya está en medio de todos.
Reino de Dios es reinado de Dios. Es el regir de Dios en acto para transformar una realidad histórico social mala e injusta en otra buena y justa.
El reino de Dios es una utopía que responde a una secular esperanza popular, en medio de innumerables calamidades históricas; es lo sumamente bueno. Viene en medio y en contra de la opresión del anti-reino.
Juan Bautista: Jesús, muy verosímilmente, fue discípulo de Juan Bautista.
Jesús se dejó bautizar por Juan: historicidad indiscutible.
Después de la resurrección: los discípulos de Juan siguen bautizando. Se da una competencia entre los discípulos de Juan y los discípulos de Jesús.
Jesús y sus discípulos también bautizan. Jesús no bautiza a él mismo.
Los discípulos antes habían sido de Juan pasa después a ser discípulos de Jesús (Jn 2,35-42). Jesús tiene su visión sobre el Reino de Dios:

Jesús revela la verdad de Dios y del ser humano a través del amor. Amor sin límites hasta el final de la cruz.
Jesús mismo participa de la expectativa del Reino. Jesús no es monopolio de los cristianos. Pertenece a la corriente de esperanza de la humanidad. El reino de Dios está cerca, a ha llegado el Reino de Dios. El Reino no es objeto de esperanza, sino de certeza.
El Reino de Dios viene como don gratuito, no como respuesta a la acción de los hombres.
Pero Jesús sirve activamente al Reino, tolera, denuncia la situación de injusticia. La venida del Reino exige una conversión-metanoia. Los  pobres deben llegar a tener esperanza. Los opresores deben hacer un cambio radical de conducta. Todos deben llevar una vida digna del Reino.
No se puede forzar la venida del Reino como don, como querían los esenios, los fariseos y los grupos armados. Viene por puro amor de Dios.
Ev-aggelion: buena notica: es Jesús. Es lo que Jesús trae: el Reino de Dios. Debe alegrar a los oyentes. Ya no será utopía (objeto de ansiosa expectación) sino topía (objeto de alegría para todo el pueblo) Lc 2,9.
El Reino de Dios es para los pobres. Jesús aparece interesado en la salación de todos. Que el Reino de Dios llegue a ser para todos.
No excluye a nadie de la posibilidad de entrar en él. Pero se dirige a ciertos grupos de personas: los pobres. “El Reino pertenece únicamente a los pobres”: Lc 4,18; 6,20; 7,22; Mt 11,5.
Puebla 1142: “Por el mero hecho de ser  pobres, cualquiera que sea la situación moral o personal en que se encuentren, Dios los defiende y los anima,  son los primeros destinatarios de la misión de Jesús”.
En qué pobres piensa Jesús? En los económicos: están negados del mínimo de la vida. En los marginados, los inasistidos. Pobres sociológicos (sin dignidad). Son los que están abajo en la historia, los que están oprimidos por la sociedad, los segregados.
Este Reino es formalmente parcial. Su contenido mínimo es la vida y dignidad de los pobres. Pobres son aquellos para quienes la vida es una pesada carga en sus niveles primarios de sobrevivir y de vivir con un mínimo de dignidad. Pobres son los que mueren antes de tiempo.
Los hechos de Jesús: práctica de los milagros, expulsión de los demonios, acogida a los pecadores.
Los dichos de Jesús: su práctica de la palabra. Anuncio de la venida del Reino “enseñanzas, exigencias, oraciones, discursos apocalípticos”.

Las parábolas: son relatos basados en hechos de la vida cotidiana. Hablan del Reino, aunque no lo definen. Jesús nunca dice: “El reino de Dios es un hombre…”. Sino que dice: “Sucede con el Reino de Dios como con un hombre que sembró …” El significado queda en suspenso hasta que se decida.
El  mensaje central de las parábolas es: el Reino de Dios se acerca para los  pobres y marginados; es parcial y por ello, causa escándalo. También esclarecen otros elementos del Reino de Dios, su carácter de crisis. La venida del Reino es también crisis.
Las parábolas generan esperanza, la seguridad de que el Reino se acerca. Algunas parábolas expresan el carácter de gozo que produce el Reino de Dios por ser buena noticia.
La venida del Reino es buena noticia. Tiene que ser celebrado con gozo. Jesús lo celebra, especialmente en forma de comidas. Son realización de sus ideales: liberación, paz, comunión universal. Las comidas de Jesús son signos celebrativos benéficos y liberadores.

Jesús y Dios. Jesús ante Dios Padre.
Jesús anunció y sirvió al Reino de Dios. Por eso murió ajusticiado. Jesús aparece como verdadero ser humano también en la dimensión teologal: él también tuvo que vérselas con Dios, buscarlo y dialogar con él, cuestionarlo y descansar en él. Abrirse a él y dejarlo ser Dios. “En todo semejante a sus hermanos, menos en el pecado”.
¿Cómo Jesús practica a Dios? Jesús hace uso de la tradición profética sobre Dios. Dios aparece como parcial y defensor de los oprimidos, de los pobres y de  los débiles, actuando en contra de la injusticia que las produce y con la promesa de una utopía de que vida y justicia son posibles.
Dios que elige conversión personal e interior del hombre. Suscita vocación de profetas, les exige todo, hasta la vida.
Jesús se confronta con una realidad última a la que él llama “Padre”, y ese Padre sigue siendo lo último para Jesús, es decir, “Dios”. Dios es Padre y en él descansa su corazón, pero el Padre sigue siendo Dios y no lo deja descansar.
Lo último personal para Jesús es Dios-Padre. Su relación de confianza y disponibilidad. Absoluta intimidad y absoluta alteridad.
La oración de Jesús: Jesús se dirigía a Dios. Como judío piadoso, Jesús oraba: Mt 15,36; 26,26 par. Lc 4,16. “Con suma probabilidad no hubo un día en la vida de Jesús en que él no hubiera recitado la oración de la mesa antes y después de comer” (J. Jeremías).
La oración personal según los sinópticos, toda la vida de Jesús se realiza en un clima de oración:
Lc 3,21: su vida pública comienza con una oración.
Su vida termina con una oración de angustia, de esperanza, de paz, de explícita relación con Dios. Mt 27,46; Mc. 15,34; Lc 23,46; Jn 19,30.
Su vida aparece jalonada por innumerables alusiones a la oración. Aparece orando en momentos importantes decisiones históricas:
Antes de elegir a los doce: Lc 6,12ss
Antes de enseñar el Padre Nuestro: Lc 11,1.
Antes de curar al niño epiléptico: Mc 9,29.
Aparece orando por personas concretas: Por Pedro Lc 22,32; por sus verdugos: Lc 23,43.
Alude a la oración en ocasiones importantes. Cierta clase de demonios no se expulsan sin la oración: Mc 9,29. Relaciona la oración con la fe Mc 11,23.
Tenía la costumbre de retirarse a orar: al  monte, al huerto, al desierto: Mc 1,35; 6,46; 14,32; Lc 6,12; 5,15ss.
Es un hecho histórico que Jesús oraba. Causó una honda impresión como orante:

ü  Jesús condena la oración mecánica: Mt 6,7ss “Al orar no multipliquéis…”.
ü  Condena la oración vanidosa e hipócrita: Mt 6,5ss: “Cuando recen no hagan como…”.
ü  Condena la oración cínica: Lc 18,11: “El fariseo de pie oraba en su interior…”.
ü  Condena la oración alienante: Mt 7,21: “No basta con decir Señor… hay que hacer”.
ü  Condena la oración opresora: Mc 12, 38,40: Tengan cuidado con los maestros”.
ü  Jesús  urge a orar y ora él mismo.

En la relación de Jesús con Dios: responder y corresponder a Dios es cosa de escuchar su palabra y ponerla por obra. Es lo que constituye toda la vida de Jesús. Pero lo que más expresa su oración es lo que hay de alteridad y absoluta cercanía. En Jesús, su oración es ponerse realmente ante Dios.
El contenido de la oración de Jesús se ve en dos oraciones. Oración de alabanza y oración de acción de gracias. Mt 11,25 y Lc 10,21. “Te doy gracias porque se las has revelado a los pequeños”. Su contenido es el Reino de Dios. Esta oración presupone una práctica de Jesús. Ya había anunciado el Reino, ya había suscitado conflictos.
Se desprende quién es Dios para él. Es un Dios con una voluntad “tal ha sido tu beneplácito”; es un Dios parcial hacia lo pequeño y es un Dios amoroso y bueno con los pequeños. Se alegra y goza de que Dios sea así. Para Jesús, Dios es lo que produce gozo porque es bueno; alguien en quien se puede confiar y llamar Padre.
La oración del Huerto: el núcleo original consiste en que Jesús expresa su conciencia de que a a ser entregado a la muerte, que su alma está triste y que pide al Padre que lo libere de esa hora. Mc 13,ss; Mt 26,39; Lc 22,41ss.
Esta oración proviene de los riesgos que ha corrido con su práctica y desemboca en la decisión de asumir su propia muerte. Jesús hace entrega del “Yo” a Dios. Muestra su total disponibilidad. Dios permanece como el misterio insondable para Jesús y Jesús lo deja ser Dios. Así, la oración de Jesús aparece: como búsqueda de la voluntad de Dios, como alegría de que llega su Reino. Como aceptación de su destino. Como confianza en un Dios bueno que es Padre y como disponibilidad ante un padre que sigue siendo Dios, misterio.

Dios es bueno
Para Jesús, Dios es por esencia, bondad y salvación para los hombres. Lo último que define a Dios no es su poder, ni su pensamiento, ni su  juicio, sino su bondad.
Jesús está convencido de que Dios es bueno con Él y es buen para los hombres. “Sean buenos en todo como el Padre celestial es bueno” Mt 5,48. “Sean misericordiosos como el Padre celestial es misericorDioso”. Lc 6,36 Reproduzcan la bondad, eso es lo bueno para los seres humanos.
Su bondad tiene que ser descrita como amor. Ágape que se alegra en el bien del otro y sólo por causa del bien del otro. Jesús dice que Dios es bueno hasta con los malos y desgraciados. Lc 6,35.
El mandamiento del amor en los sinópticos: Mc 12,28-31; Mt 22,34-40; Lc 10,25-28 y Jn 13,34-36- Así es Dios, sean ustedes así.

En Jesús es esencial la visión de Dios como bondad, como amor, como ternura. Constituye el núcleo central de su experiencia de Dios.
Jesús e presenta con autoridad, pero sin autoritarismo. Critica a los poderes civiles y religiosos existentes y enseña, de palabra y de obra, que la autoridad es servicio en libertad.

Habla con convicción y con autoridad, pero no con imposición. Jesús no impone, ni increpa, ni intimida y rara vez manda o reprende. Con frecuencia aparece argumentando, apelando a la razón de sus  oyentes y hasta de sus adversarios, o imponiendo. Es el amigo que ayuda a los hombres a hacer la voluntad de Dios.
Así como el hombre debe dejar a Dios ser Dios, Dios deja al hombre ser  hombre. No que Dios no tenga exigencias para él, a veces fortísimas,  pero dese que el hombre cumpla a la manera humana, con libertad y convicción, más que  por coacción e imposición.
Jesús fue hombre libre

Libre ante la ley y ante el sábado. Se deja acompañar por mujeres y también por varones. Ante la opinión pública hace denuncias y desenmascara.

Su liberta está en función del bien de otros. No hay barreras ni límites para hacer el bien. Libertad para esclavizarse a hacer el bien. Libre entrega de s propia vida. Es una libertad al servicio de la bondad, no al servicio del propio Jesús. La raíz de la libertad le viene de la bondad de Dios.
Libres para amar. Liberado para liberar: Jesús es libre.

La confianza de Jesús.

Abba, Padre. Era algo nuevo, inaudito, único el que Jesús se atreviera a hablar con Dios como un niño habla con su padre, con simplicidad, intimidad y seguridad. Abba es el término con que el niño se dirigía a su padre. Implica una gran familiaridad y confianza. Por eso los judíos no la usaban. Para Jesús, Dios es no sólo bueno, sino alguien en quien se puede confiar y descansar. Alguien que da sentido a la existencia de los hombres.
Padre nuestro. Nuestro es la realidad del Reino, Padre es la realidad de Dios, Dios para Jesús es el Padre bondadoso en quien se puede confiar y descansar.

La disponibilidad-obendiencia hacia un Padre que es Dios. La obediencia de Jesús fue una actitud fundamental y fundante en la vida: una activa disponibilidad hacia Dios incluye la ejecución de su voluntad. Es radical referencia Dios como hacia alguien que es un radical “otro” para Jesús. Jesús tuvo que dejar a Dios ser Dios.
La conversión de Jesús significa la disponibilidad realizada para responder a Dios en la  historia, donde quiera que él  lo lleve.  La disponibilidad realizada para dejarlo ser Dios. Su conversión a Dios se realizó a través de la prueba ¡verdadera humanidad”.
El pasaje de las tentaciones es una interpolación. Se trata de una reflexión teológica sobre Jesús, aunque con base en la vida de Jesús. Jesús fue realmente tentado. La tentación atañe al mismo Jesús. Su autoconciencia se siente amenazada por crisis extremas de auto-identificación. Cuál es el tipo de poder que va a usar Jesús en su misión. Es un diálogo de Jesús con Dios (no con el diablo). Jesús se confronta con Dios. Jesús triunfa: deja a Dios ser Dios.
En Lc 4,13 “hasta un tiempo oportuno”. Indica que la tentación no es algo que sólo ocurrió en un momento de la vida de Jesús. Fue como el clima en el cual se desarrollo toda su vida, en la historia real. Jesús supera la tentación sumergiéndose en ella y en su conflictividad, se deja llevar por Dios a donde quiera que él lo lleve.
La crisis de Galilea.
Jesús abandona el corazón de Galilea y se dirige primero a Cesarea de Filipo y después a la frontera sirio-fenicia. Con este rompimiento geográfico se quiere expresar rompimiento en su persona: los jefes del pueblo lo han rechazado, sus discípulos no lo han comprendido y hasta las masas del pueblo lo habrían abandonado. Su misión inicial habría fracasado. Jesús se pregunta si seguir y cómo.
Es discutible la realidad histórica de esta crisis. Aparecen dos causas histórica. En Juan el abandono de las multitudes y en Marcos la incomprensión de los discípulos.
El eco popular que suscita es lo que lo convierte en peligroso porque puede dar pie a la intervención de los romanos. Jn 11,47-54. Jesús nunca huye de las gentes, sino de las autoridades.
En Marcos 10,31.45. Jesús ya no puede confiar en sus discípulos. Es la incomprensión de sus discípulos. Jesús tiene que cambiar de táctica y en su camino a Jerusalén, da instrucciones radicalmente nuevas.
Hay que recalcar que en los evangelios se presenta un cambio de la conducta de Jesús (al menos la externa). Se retira hacia el norte y luego hacia Jerusalén.
Jesús tiene ahora conciencia de ser perseguido por los jefes del pueblo y la falta de comprensión o rechazo de algunos íntimos. Hacia el final de su vida Jesús no aparece hablando de Reino de Dios, ni operando milagros (los prohíbe), ni expulsando demonios, ni acogiendo a pecadores sus discursos se concentran en los ataques del pueblo y en su propia defensa.
Lo importante es que Jesús aparece en fidelidad a Dios hasta el final. Ir a Jerusalén donde se va a encontrar con Dios en la Pasión y en la cruz.

La ignorancia de Jesús
No es que Jesús no supiera de Dios, sino que su conciencia humana no  pudo sintetizar todo lo que es Dios. No conoce el día de la venida de Dios. No sabe el día de la venida del Reino. Al aceptar este no saber, Jesús está abierto creaturalmente a Dios.
La fe de Jesús.

Jesús fue un extraordinario creyente y tuvo fe. La fe fue el modo de existir de Jesús absoluta confianza y radical disponibilidad con respecto a Dios. La fe de Jesús es clave para comprender la vida terrestre de Jesús, la cristología y todos los temas teológicos.
En Marcos: 9,23; 11,22ss; 11,14; 11,20. Jesús es declarado como quien tiene fe. No se explica el contenido de la fe. Jesús es declarado como hombre de fe.
En Romanos 3,21. Dia piesteuos iesou cristou, puede significar lo que está en Dios se revela a través de Jesús y Jesús lleva a cabo esa revelación, precisamente en que él cree, es decir, es radical y  confiadamente obediente. Se discute si es “fe de Jesús” o “fe en Jesús”.
En Hebreos 12,2. El  pionero y consumador de la fe. Jesús es el que ha vivido originalmente la fe y la ha vivido en plenitud. El primogénito en la fe, el primero que la ha vivido cabal y plenamente en el estado de homo viator.
Su contenido fundamental: fidelidad a Dios y misericordia hacia los hermanos. Su fe es disponibilidad y confianza. Disponibilidad es dejar a Dios ser Dios. Misericordia es el ejercicio de la bondad de Dios, presupuesto de la confianza de Jesús.

¿Quién es Dios para Jesús?
Dios es aquel a quien Jesús responde y corresponde en fe. Dios es lo sumamente bueno, Padre, el amor que está en el origen de todo. Da sentido a su vida, en él puede descansar. Amor parcial, descrito como infinita ternura. Amor condescendiente que se ofrece e impone para su invencible cercanía a lo pequeño y perdido de este mundo.
Dios sigue siendo misterio, sigue siendo Dios, no hombre. Dios se le hace tentación a Jesús cuando tiene que discernir sobre el verdadero poder salvador.
Se le hace enigma cuando se reserva absolutamente el día de la venida del Reino que Jesús creía  próximo. Se le hace misterio cuando su voluntad va más allá de la lógica del Reino (cruz). Dios se le hará escándalo a Jesús cuando en la cruz escuche su silencio.
Jesús y Dios
La práctica profética de Jesús como defensa del verdadero Dios.

Praxis profética: actividades verbales, debates, denuncias de sus adversarios, desenmascaramientos. Jesús se dirige a colectividades y no a individuos. Denuncia a los escribas, a los fariseos, a los ricos, a los gobernantes. Ellos representan y ejercen algún poder que configura la sociedad como tal.
Se dirige a grupos enteros para que cambien como grupos y así se transforme la sociedad. Las controversias versan sobre realidades “la ley, el templo”, en cuyo nombre se configura la sociedad. Las denuncias expresan que esa configuración es opresora, expresión de anti-reino.
Esto es praxis porque su correlato es la sociedad como tal y su finalidad es su transformación como tal Jesús denuncia y desenmascara el anti-reino, pero sub specie contrarri anuncia lo que deba ser una sociedad de acuerdo al Reino de Dios.
Praxis profética: denuncia y desenmascara la injusticia y la opresión reales.
Las controversias de Jesús: Dios es controvertible. Las controversias son pasajes en  que la discusión versa en directo sobre la visión que Jesús tiene de la realidad social y religiosa.
Las controversias directas en los sinópticos: Mc 2,1-3-6; Lc 5,17-6,11; Mt 9,1-17; 12,1-21. El problema se dirige a todo ser humano en su condición religiosa ó secular; cómo se relacionan los seres humanos con lo que tienen por “último”, sea esto Dios, la patria, la Iglesia, el partido, la riqueza, el poder.
La conclusión para Jesús es: “el recto servicio de Dios, es necesario que sea servicio del hombre”. Al analizar las cinco controversias se concluye en que lo controvertible es Dios.

La controversia sobre el mandamiento principal Mt 22,34; 10,31; Mc 12,28. La equiparación del amor a Dios y al prójimo es escandalosa. Se constata que en la versión original de Marcos no se menciona si quiera el amor a Dios como el principal mandamiento.
Según la reconstrucción del texto original primitivo, diría lo siguiente: “y uno de los escribas le dijo: cuál es el mandamiento mayor de todos? Respondió Jesús: es amarás a tu prójimo como a ti mismo; no hay otro mandamiento mayor (que éste), y nadie se atrevía ya a preguntarle”.
No es ignorar a Dios; cambia la noción de Dios: en el amor al prójimo se está honrando y amándole a él, se está respondiendo realmente a Dios.
Dios es amor. Dios nos ha amado primero; ese amor se muestra en la entrega del Hijo. La conclusión no es que debemos amar a Dios. Es: “si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros” 1 Jn 4,11.16.
Jesucristo liberador

Jesús exige realmente a los seres humanos que respondan con total y absoluta seriedad a Dios, “amar a Dios con todas sus fuerzas”. Ese responder a Dios, es un corresponder a la realidad de Dios, hacer con otros lo que Dios hace con ellos y con nosotros.
Dios nos creo creadores. El amor de Dios nos hace amorosos para los otros. Es lo último que hay que ser y hacer, porque así es Dios y así hace Dios. Dios es excéntrico, quiere el bien, la vida, y la paternidad de los hombres. Cuando eso se realiza, él está en los hombres y los hombres en él.
En las controversias aparece la correcta relación con Dios que consiste en la correcta relación con el prójimo.
Según se acepte a un determinado Dios, así se comportan los seres humanos y así configuran la sociedad en forma de Reino o de anti-reino.
Los desenmascaramientos de Jesús: Dios es manipulable. En nombre de Dios se justifica religiosamente la opresión de los seres humanos. Esto debe ser desenmascarado.
Un ejemplo clásico está en Mc 7,1-13; Mt 15,1-20. Jesús y los discípulos quebrantaban lo referente a la pureza legal: Lc 11,38 y otros.
Jesús desenmascara así. Los hombres producen las tradiciones humanas y las usan como mecanismos para ignorar la verdadera voluntad de Dios y para poder oprimir a los demás hombres con buena conciencia religiosa.
La verdadera maldad del ser humano proviene del interior que aparece inequívocamente n lo que produce el exterior: fornicaciones, robos… estas verdaderas maldades son las que Dios condena. Es la verdadera voluntad de Dios.
Dios creó la creación y no la religión (categorial). El creador que entra en conflicto con la criatura es un Dios falso y los Dioses falsos hacen inhumanos incluso a los piadosos.

La denuncia de los opresores y sus ídolos.
Las denuncias se dirigen a pecadores colectivos, más que a individuos. Ellos producen el pecado estructural.
Jesús responsabiliza del anti-reino no sólo al maligno (realidad transhistórica), sino también a agentes históricos: ricos, escribas, fariseos, sacerdotes y gobernantes como detentadores del poder económico, intelectual-ejemplar, religioso y político. Estos poderes a veces convergen en algunos de ellos.

Denuncias contra los ricos.

Lc 6,24ss; 12,34; 19,10; 16,13-31; Mc 10, 17-22.
Abundancia de bienes en el Antiguo Testamento es bendición; riqueza es maldición. La riqueza es maldición, deshumanización del rico porque lo hace poner el corazón en l os tesoros, que no van verdadera vida.
Sólo quien pone el corazón en Dios y busca el Reino de Dios, se humaniza de verdad. La riqueza es dificultad máxima para que el hombre se abra a Dios. La riqueza es condenación: ya recibieron su consuelo. La denuncia de la riqueza es clara, aunque en la historia se ha querido suavizar St 5,1-35- la riqueza opera contra los  pobres y la riqueza opera contra Dios.
La oposición causal directa entre ricos y pobres, en cuanto empobrecedores y empobrecidos aparecen más claramente en el antiguo testamento que en el nuevo testamento. Rico Epulón y pobre Lázaro.
La coexistencia de ricos y pobres es insultante, es intolerable. Los ricos deben ayudar a los pobres aunque para eso tengan que dejar de ser ricos. La riqueza es deshumanización e insultante y es injusto la riqueza como tal. En el origen de casi todas las fortunas hay alguna injusticia.
Los ricos son opresores de los pobres. Las situaciones de pobreza son causadas por el hombre opresor. Zaqueo deja de ser hombre maldito porque deja de ser el hombre rico opresor.
La riqueza aleja de Dios y obra activamente, contra Dios. Hay que escoger entre Dios y Mammón (riqueza). Es ídolo por antonomasia, es el peligro más grande a la hora de servir a Dios.
La riqueza es un mal radical, porque es ídolo hace contra Dios, deshumaniza a quien le rinde culto y exige víctimas para subsistir: 1 Jn 2,16; 1 Tim 6,10. “La raíz de todos los males es el afán de dinero”.

Las denuncias a los escribas y fariseos

Jesús defiende radicalmente la ley en cuanto es ley de Dios, a favor de los hombres.
La forma de defenderla le presenta como “hombre libre.
Denuncia el uso de la ley para oprimir a los hombres.
Cómo usan el gran poder que tienen? Si para llegar a los hombres a Dios ó para oprimirlos. El ataque a los fariseos es exagerado. Los denuncia directamente y con vigor espeluznante. Por qué? Lc 11,37-53; Mt 23,1-36; Mc 12, 38-40. Jesús denuncia en sustancia la vanidad e hipocresía de los escribas y fariseos. Lo más fundamental es que oprimen al pueblo. Lo estorban.

Las denuncias a los sacerdotes

Confrontación de Jesús con lo religioso como tal: la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén, en lo nuclear, es histórica. Mc 11,15-19; Mt 21,12-17; Lc 19, 45-48; Jn 2,14-16.
No es que Jesús estuviera contra el templo en cuanto tal. Pero usa dos citas del antiguo testamento sobre el templo: Is 56,7 y Jer 7, 11 que es el final de un largo oráculo sobre el auténtico culto y una invectiva contra el tempo; Jer 7,2-11.
Jesús critica y se distancia de un culto alienante y opresor. Son palabras auténticas de Jesús: Habló de destruir el tempo”, lo que lo llevó a la cruz. Mc 13,2; Mt 24,2; Lc 21,6. Acudían al templo todos los días.
Jesús anuncia que ha cambiado radicalmente el lugar del encuentro con Dios. En Mat 18,9 ese lugar es ahora la comunidad. En 25,31-49 el lugar son los pobres de este mundo y en Jn 4,21.23 en espíritu y verdad.
Jesús es crítico del templo y de lo que conlleva: el culto, los sacrificios, el sacerdocio. El templo era el centro de la vida económica-social y política del país. Configuraba a la sociedad de una determinada manera. “Destruir el templo” denuncia la realidad del falso Dios y una configuración opresora de la sociedad, sustentada en el poder religioso y justificado en nombre de lo religioso.
Su denuncia se dirige más a estos grupos que a los políticos en cuanto tales. Jesús no sólo anuncia el Reino y proclama a un Dios Padre, sino que denuncia el anti-reino y desenmascara a los ídolos. Con ello va a las raíces de una sociedad oprimida baja todo tipo de poder económico, político, ideológico y religioso.
La cruz.
La muerte de Jesús
¿Por qué matan a Jesús? Jesús muere violentamente, no hay duda, Hay dos problemas distintos. Uno es por qué matan a Jesús (pregunta histórica por las causas de su muerte) y el otro es por qué muere Jesús (pregunta teológico por el sentido de su muerte).

La persecución fue el clima de la vida de Jesús

La predicación y la práctica de Jesús representan una amenaza al poder religioso de su tiempo, e indirectamente a todo poder opresor. Éste reaccionó. Jesús fue hombre en conflicto y por ello fue perseguido. Estorbó a los otros Dioses y estorbó en nombre de Dios. La persecución según los sinópticos: no se conoce la cronología histórica de la persecución. Algunos textos son: Lc 4,24.28ss; Mc 3,6 par: 6,4; Mt 13,57; Jn 4,44.
En  la etapa previa de Jerusalén, cuentan cómo muchas de las preguntas que le hacen están destinadas a ponerlo a prueba para observarlo y encontrar una palabra de la que pudieran acusarle: Mc 10,2; 8,11; Mt 16,1; 19,3; Lc 11,16; 14,1; 11,53ss; 6,11; 13,31; 19,47ss; 20,19.
La culminación de esta persecución progresiva queda clara en todos los sinópticos. Los dirigentes quieren acabar con él.
Todos describen cinco escenas en las que Jesús aparece corriendo peligro de su vida: Mc 12,13-17 par; 12,18-23; 11,15-19 par; 12,1-12 par; 12,28-34; Mt 22,34-35.
Todos estos pasajes concluyen con un sumario anterior a la traición de Judas. “Los sumos sacerdotes y los escriban andan buscando cómo podrían apoderarse de él con engaño y darle muerte” Mc 14,1; Mt 26,35; Lc 22,1.
La persecución en Juan: con más lujo de detalles muestra que la persecución a Jesús jalona toda su vida. La responsabilidad adjudicada a la aristocracia sacerdotal es  histórica. La de los fariseos está exagerada y refleja la situación eclesial a partir del año70. En Juan aparecen los judíos, pero los principales enemigos de Jesús son los fariseos. Texto: 2,24; 5,16.18; 7,1; 7,11.19.30.32.44; 8,20.59; 9,22; 10,31.39; 11,8,53ss.
La persecución a Jesús nos muestra algunos puntos importantes:
El final de Jesús fue la culminación de un proceso histórico y necesario. No fue casual ó como tráfico final.
Varios tipos de responsables que tienen algún tipo de poder económico, político, religioso. Todos estos grupos convergen en la persecución. Es la totalidad de la realidad la que reacciona contra Jesús.
El pueblo, las mayorías, no aparece entre los responsables de la persecución en los evangelios. No se habla de que el pueblo traicionara a Jesús o lo persiguiera y por lo tanto, de que Jesús murió por los pecados de todos por igual.
Las causa para la persecución: las denuncias de Jesús contra el poder opresor, el poder religioso en directo. Jesús ataca a los opresores (dimensión histórica) quienes justifican la opresión en nombre de Dios (dimensión trascendente): atacándolos a ellos, defienden a sus víctimas.
Esta persecución real, mantenida y progresiva muestra objetivamente que el conflicto no es algo puntual, accidental y subjetivamente que es un proceso que Jesús asume de manera cada vez más lúcida, no sólo lo sufre, sino que lo provoca.

Jesús tuvo clara conciencia de un trágico final. Se mantuvo en el conflicto conociendo sus consecuencias.

La conciencia de Jesús en medio de la persecución:

El Jesús histórico no interpretó su muerte de manera salvífica, como sacrificio expiatorio, como sí lo elaboró el nuevo testamento.
Si bien la muerte no aparece haber sido “querida” ni tampoco “deseada” por él, es mirada lúcidamente como el camino de la fidelidad radical.
Lo que pensaba Jesús se descubre en los relatos de la última cena que son relatos litúrgicos en trasfondo histórico: 1 Co 11,23-27; Lc 22,13-20; Mc 14,22-25; Mt 26,26-29.
Desde un punto de vista histórico puede concluirse que Jesús, la víspera de ser capturado, organizó una cena solmene que acompañó de una bendición, unos gestos y unos discursos de despedida. Éstos, como forma literaria, expresan la voluntad de la persona que se despide de asegurar la continuidad de su vida y la pervivencia de su persona entre los suyos.
El sentido con que Jesús enfrenta personalmente su próxima muerte: de Mc 14,25 par, con historicidad “en verdad les digo”, expresa la certeza de su muerete y su propia esperanza escatológica de la venida del Reino de Dios. Establece su firme esperanza en el triunfo del Reino y el de su causa personal.
Los textos sobre la institución de la eucaristía expresan el sentido positivo en relación con su causa. Su muerte va a ser algo bueno para otros, para todos.
Estos son los motivos salvíficos: el pan-su cuerpo es entregado por ustedes y el vino-su sangre, es derramada por muchos, para el perdón de los pecados, como nueva alianza y, al final, como servicio sacrificial.

Lo más histórico: los gestos acompañados de palabras. Son signos de lo que ha sido toda su vida. Jn 13,15. En la cena Jesús interpreta su muerte como servicio, en continuación y culminación de su propia vida. Jesús ofrece a todos los hombres el sentido de una vida de servicio y es lo que  propone a sus discípulos.

Jesús va a la muerte con lucidez y con confianza, con fidelidad a Dios hasta el final y como expresión de servicio hacia los suyos. Es fiel y misericorDioso hasta el final

El juicio a Jesús.

Jesús va a ser condenado a muerte en nombre de un Dios. Jesús y su Dios parecen perder el proceso.
El juicio religioso.

Es muy discutida la historicidad del ó los procesos.
La conducta del Sanedrín: todos estaban en contra de Jesús, pero no había unanimidad sobre el  motivo legal para condenarlo. Aquí comienza su culpabilidad. Se llegó al acuerdo de entregar a Jesús a los romanos. Todos en contra. La razón objetiva de fondo es: “quiere destruir el templo”.
Como conclusión histórica: los artífices de esta muerte fueron principalmente los miembros de la casta sacerdotal, irritados por ver que Jesús se erigía en reformador religioso.
Como conclusión sistemática: Jesús fue condenado por querer destruir el templo. Jesús lo criticó y ofreció una alternativa distinta y contraria. El templo ya no sería el centro de una teocracia política-social-económica de la vida de Israel.
El conflicto  le vino a Jesús por el modo como hablaba y hacía presente a Dios en el mundo. Mt 26,23. Jesús es condenado en nombre de un Dios.
El juicio político

Jesús murió crucificado como malhechor político y murió con el tipo de muerte que sólo el poder político (los romanos) podían dar. La causa de la condena está redactada en términos políticos: se ha hecho pasar por rey de l os judíos. Pilatos ofrece cambiar a Jesús por un subversivo político (Barrabás):
Lo históricamente más probable
Lc 23,2 y Jn 19,12-15. “Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar impuestos al César y diciendo que él es Cristo Rey”. Mc 15,7; 12,13-17; Mt 22,15-22; Lc 20,20-26; Jn 18m33-38ª; 19, 1-3.4-7.15.
Jesús-Pilato; Dios (de Jesús)-César (Dios de Pilato).
Jesús fue crucificado por los romanos no sólo por razones tácticas y de política diaria de tranquilidad y orden en Jerusalén, sino en definitiva, en nombre de los Dioses estatales de Roma que aseguraban la pax romana.
Jesús ofrecía un peligro político por la reestructuración de la organización socio-religiosa-política.
La muerte de Jesús como consecuencia de su misión

A Jesús lo matan por su tipo de vida, por lo que dijo y por lo que hizo. Por lo que estorbó.
En el juicio religioso: yo invoco a Dios actuando como quebrantador de opresiones concretas.
En el juicio político lo acusan de ser enemigo del César
Si no hubiera surgido fe en ese Jesús después de la resurrección, su fin hubiese sido como el de tantos. Pero no fue así. Sus discípulos afirmaron que vive y que vive en plenitud. Se le recordará como el Hijo de Dios. Entonces, ¿Por qué muere Jesús?

La muerte de Jesús.
Por qué muere Jesús
El sentido de la muerte de Jesús: en la cruz murió el Hijo de Dios.
La explicación de la cruz en el misterio de Dios:
1.       En algunos textos se considera la cruz como el destino de un profeta: 1Tes 2,14ss; Rom 11,3; Mt 10,32; 23,37.34ss; Mc 8,38; 12,2ss; Lc 11, 49ss; 12,8ss. Esclarece por qué matan a Jesús. No esclarece el sentido de esa muerte. Es una constatación: así es la historia que da muerte a los profetas. Pero no explica qué sentido tiene que la historia sea así.
2.      Consideran que ya estaba predicha en las escrituras_ Lc 24,25ss; 1Cor15,4; Mc 8,31; 9,31; 10,33 par. Argumentación buena para cristianos provenientes de la fe judía. Surgió muy temprano. No ofrece luminosidad intrínseca al hecho de esta muerte.
3.      Jesús muere según el designio determinado y previo conocimiento de Dios: Hech 2,23; 4,28; Lc 24,26; Mc 8,31. “Era necesaria”.
ü  El sentido de la cruz no puede ser captable por los hombres. Si hay alguna explicación, ésta está escondida en Dios.
ü  Los seres humanos renuncian a encontrar ese sentido.
ü  Esperan que sí lo tiene,  pero en Dios.
ü  La cruz no diría nada de Dios, no ayudaría en nada a conocer a Dios. Porque el Dios, conocido de antemano es lo que posibilita explicar la cruz.
De la cruz como escándalo a la cruz como salvación.
¿Y por qué ha sido ese y no otro el designio de Dios? Parece una bondad incompatible con la bondad de Dios. Para qué muere Jesús. Qué de bueno hay en la cruz de Jesús. Por la cruz de Jesús, Dios nos ha salvado del pecado.
Jesús fue crucificado para concede a Israel la conversión de los pecados: Hech 5,31; Jn 6,51; 11,50; 11,51ss; 2Cor 5,14ss; 1Tim 2,6 El Nuevo Testamento reflexiona sobre ese para qué.
En la cruz se manifestó el amor salvífico de Dios.
El sacrificio
En varios lugares se describe la figura y la acción de Jesús en lenguaje cúltico-sacrificial: 1Cor 5,7; Ap. 5,9; Rm 3,25; 5,9; Ef 1,7; 2,13; Mc 14,24; Mt 26,28; Lc 22,30; toda la carta de Hebreos. Dios acepta el sacrificio y así se salva la distancia insalvable. El hombre entra en comunión con Dios, hay salvación.
El sacrificio de Jesús realiza la comunión, porque ha sido aceptado por Dios: Heb 8,24.12; 7,25; 2,10; 10,19ss Ef 5,2; 1Pe 1,19.
La nueva Alianza

La sangre de Cristo Jesús produce una alianza entre Dios y los hombres, nueva y definitiva. Nueva forma de vida de los agradecidos por ella es la plenitud de la fe, la confesión firme de la esperanza y la claridad y buenas obras: Heb 10,22-24; cc. 3,4 y 11; 12 y 13. La alianza entre Dios y los hombres es salvación.
La figura del siervo sufriente
El nuevo testamento hace uso de estos pasajes: Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-11; 52,13-53,12. En Hecho 8, 32 y Lc 22,37 hay referencias útiles para constatar y narrar bíblicamente cómo murió Jesús, pero no para explicar el sentido de su muerte.
Jesús es inocente; los sufrimientos con que carga son los que deberían cartar otros. En ello se convierte en salvación para otros. Es expiación vicaria del siervo. De este modo se confiesan las cosas, no se explican.
Lo salvífico de la Cruz en Pablo

1.       Es lo central (insiste en la resurrección): 1Co 1,22ss; 2,2.3; 12,3. La predicación del crucificado es esencial, pues de ella depende la verdad de la fe.

2.      Es salvífica: se podrá aceptar a Dios ó no, pro si se lo acepta en la cruz, por lo escandaloso e insospechado, entonces se ha aceptado realmente a Dios y se ha aceptado que él mismo se nos ha mostrado.

3.      Recalca lo salvífico de la cruz, con mucha fuerza en 2 Cor 5,14.19; 8,9; 13,4. No es explicación sino proclamación.

4.      Trata de explicar lo salvífico de la cruz porque nos ha liberado de la ley convertida en maldición: Gal 3,10.13.22; 4,4. Lo que ejemplifica la ley es la situación existencial de angustia y fracaso del hombre; de esa situación nos ha liberado Cristo.

5.      La manifestación de lo que es grato a Dios.

6.      En el nuevo testamento lo que ha sido grato a Dios ha sido la totalidad de la vida de Jesús, una vida en felicidad y misericordia. La cruz de Jesús pone de relieve la vida de Jesús.

7.      Sobre la tierra ha aparecido lo grato a Dios porque ha aparecido una vía en el amor hasta el final. Mt 6,8: lo que Dios quiere que sea el ser humano: “Ya se ha declarado, oh hombre lo que es bueno y lo que el Señor desea de ti: que actúes con justicia, que ames con ternura y que camines humildemente con tu Dios”.
La credibilidad del amor de Dios
La vida y la cruz de Jesús es aquello en que se expresa y llega a ser lo más real posible es el amor de Dios a los hombres.

El nuevo testamento afirma: el mismo Dios ha tomado la iniciativa de hacerse salvíficamente presente en Jesús y la cruz de Jesús es grata a Dios en ella se expresa é mismo como grato a los hombres: Rom 3,28; Jn 3,16; 1 Jn 4,9; Rom 8,32.
La cruz de Jesús es expresión del amor de Dios. 1 Jn 4,10: Rom 5,6ss. Cristo murió por los injustos, por nosotros.
Ni lo más querido por Dios, su propio hijo, ha puesto límite a que Dios muestre su amor a los hombres. No perdonar al hijo es el modo de expresar que nada impide el amor de Dios a los hombres.
La muerte de Jesús.
El Dios crucificado.
Las palabras de Jesús en la cruz

La interpretación más primigenia de la muerte de Jesús es la de Marcos. Su evangelio es anti-triunfalista. El hecho desnudo de presentar a Jesús  muriendo en el abandono del padre, tuvo que ser algo difícil de aceptar. Siempre hubo intentos de suavizar el abandono de Dios.
Es muy difícil mantener el posible abandono de Dos en la cruz de Jesús. La tradición de Marcos sienta con toda claridad la discontinuidad teologal entre la muerte y la vida de Jesús:
En las narraciones de la cruz no aparece para nada el advenimiento del Reino de Dios. Esto puede llamarse fracaso.
Hay una radical discontinuidad en su relación con su padre Dios. En la cruz no hay cercanía de Dios. No hay experiencia de Dios como Padre bondadoso.
Lo más hiriente de la muerte de Jesús es este abandono, el silencio de Dios. En la cruz el pecado aparece con mayor poder que el Padre Dios.
El sufrimiento de Dios

Qué hace Dios ante el sufrimiento. Qué dice de Dios la cruz de Jesús. Qué relación hay entre Dios y el sufrimiento.
El sufrimiento en sí no tiene sentido. El sufrimiento no se acepta, se combate. Dios ante el sufrimiento no hace nada como los seres humanos esperaríamos que hiciese. El mismo Dios carga con el sufrimiento.

El sufrimiento en Dios
El hijo experimenta la humanidad, la historicidad, la vida, el destino y la muerte de Jesús “Nicea presenta a un hijo divino, que asume absolutamente todo lo humano”.
Cómo afecta a Dios el sufrimiento de la cruz? Dios estaba en la cruz de Jesús (Pablo) y éste era hijo de Dios Mc 15,39. En todo lugar de la realidad de Jesús se manifiesta algo de Dios. Es verosímil que el estar de Dios en la cruz, en cuanto cruz, revele algo de Dios.
Es imposible formular adecuadamente el sufrimiento de Dios. Lo importante es la afirmación de que Dios participa en la pasión de Jesús y en la pasión del mundo.
Moltmann: “En la pasión del hijo sufre el Padre mismo el dolor del abandono. En la muerte del  Hijo llega la muerte a Dios mismo, sufriendo el padre la muerte de su Hijo por amor a los hombres abandonados”.
También a Dios le afecta el sufrimiento. Dios está crucificado. El Dios crucificado es el Dios solidario, en la  historia no hay amor sin solidaridad y no hay solidaridad sin encarnación. Solidaridad dispuesta a participar en la suerte de aquellos con quienes se solidariza (sería paternalismo que lleva al despotismo). Solidaridad dispuesta a llegar a ser víctima con las víctimas.

El conocimiento de Dios en la cruz de Jesús

Lo que la cruz manifiesta en directo de Dios es su inacción y sufrimiento.
Se trata de caminar humildemente cn Dios, sin pretender buscar una acabada síntesis de la realidad de Dios en la historia, aceptando en la fe y en el máximo de fe, que sólo al final Dios será todo en todo. Sólo al final, Dios se revelará como pura positividad y como totalidad, mientras en la  historia su revelación pasa también por lo fragmentario y por la negatividad.

Trascendencia: el Dios mayor y el Dios menor.

El hombre debe contar con la activa posibilidad de lo radicalmente distinto de Dios y con el escándalo de Dios. Debe contar, en concreto, con que no sólo lo grande, sino también lo pequeño, pueda ser mediación de Dios. Y esto es lo que ocurre en la cruz. En la cruz no hay imagen (no aparece nada de lo que suele hacerse pasar por divino), ni siquiera hay palabra. Sólo hay silencio de Dios. Dios se muestra en silencio. El futuro es un modo de ser de Dios. En la cruz no hay poder, ni hay futuro.
Las víctimas de este mundo son el lugar del conocimiento de Dios, pero lo son sacramentalmente. Dan a conocer a Dios porque lo hacen presente.
El hacerse cargo de Dios en la cruz, tiene que ir acompañado de cargar con la cruz. Y de encargarse de los crucificados.

La muerte de Jesús
El pueblo crucificado.

Cristo tiene un cuerpo que lo hace presente en la historia. Hay que preguntrle si ese cuerpo está crucificado, qué de este cuerpo lo está y si la crucifixión de este cuerpo es la presencia en la historia de Cristo crucificado.
Los pueblos crucificados son los que “completan en su carne lo que alta a la pasión de Cristo. Son la actual presencia de Cristo crucificado en la historia. “ustedes son la imagen del divino traspasado”.
El crucificado es el elegido para traer salvación. El pueblo crucificado lleva sobre sus hombros los pecados de sus opresores. Ofrecen un potencial evangelizador. Es decir los valores evangélicos de solidaridad, servicio, sencillez y disponibilidad para acoger el don de Dios (Puebla 1147).

En lenguaje histórico, los pobres tienen un potencial humanizador porque ofrecen comunidad contra el individualismo, servicialidad contra el egoísmo, sencillez contra la opulencia, creatividad contra el mimetismo cultural impuesto, apretura a la trascendencia contra el romo positivismo y craso pragmatismo.
El pueblo crucificado ofrece esperanza un gran amor, está abierto al perdón de sus opresores, genera solidaridad, ofrece una fe, un modo de ser iglesia y una santidad más verdadera y más cristiana.
El pueblo crucificado es el cuerpo de Cristo crucificado en la historia. Este pueblo permite conocer mejor al Cristo crucificado, su cabeza, ve en él al siervo doliente de Yavé y comprender su misterio de luz y salvación