Instrucción sobre la oración (EVC: Ejercicios en la Vida Corriente)
Calla y contempla
1. ¿Cómo orar? R/. Serenándome...
En la vida cotidiana, la actividad del trabajo nos cansa y nos preocupa hasta el punto de que nos cuesta fijar la atención, concentrarnos en una sola cosa y permanecer allí en silencio. Es preciso comenzar serenándose: respirando hondo. Conviene antes de comenzar a orar, soltarse con libertad y auitar todas las tensiones corporales.
Luego, conviene liberarse
espiritualmente, poniendo en las manos del Señor todas mis preocupaciones,
temores y angustias. Si percibo que debo anotar algo importante, lo escribo
procurando tranquilizarme. Vale la pena este rato entregarlo sólo a Él.
Los segundos que pase
tratando de calmarme no son tiempo perdido para la
oración.
Finalmente, puedo
entrar en el espacio sagrado a través de un sencillo rito, que me permita orar
con calma. Entro en el escenario de la adoración a Dios, quien me acoge
bondadoso.
2. Serenándome... delante de alguien
Ahora, sentado, o de rodillas, según descubra que sea lo más conveniente, procuro entrar en coloquio con Dios Padre de NSJ, también puedo dirigirme a Jesús.
Para ponerme delante
de DIOS no basta emplear mi imaginación creadora, sino que requiero de la Fe en
Dios y sentirnos en una relación especial con Él, que ora en mí como Espíritu
de Jesús. puedo decirle confiadamente:
"Tú estás aquí
Señor".
"Tú me ves. Más
aún, Tú me contemplas con amor".
"Tú me escuchas
realmente".
"Soy alguien
importante para Ti, lo creo".
Procuro actuar de
acuerdo a lo que lo que creo. "Si Tú estás aquí, Dios mío, no puedo estar
en cualquier postura y actuar como si estuviera totalmente solo/a; o distraerme.
Permíteme Señor,
actualizar tu presencia".
"Señor, tu
presencia me da la paz que necesito, la confianza, porque eres mi Padre
bueno. Estoy contento/a
de estar contigo".
3. Serenándome ... delante de alguien ... y, en espera de algo
Me he calmado, me he puesto en presencia de Dios ... pero, ¿qué puedo esperar? En
algunos pasajes de la
Biblia se nos dice: "Yo te conduciré al desierto y allí te
hablaré al
corazón" (Os 1,16). Dios te quiere hablar al corazón. Calla. Escucha el
silencio.
Estas palabras pueden ayudarte...
Estas u otras frases
dilas despacio, repite, dejando momentos de silencio. Puedes ir
tomando algunas cada
día.
En la oración no se
trata de decir muchas cosas, eso no llenará nuestra alma; lo
importante es sentir
profundamente, en forma lenta, así como se saborea una
rica comida,
A Zaqueo Jesús le
dice: "Es necesario que yo me aloje hoy en tu casa",
"Si alguno me
ama.., yo le amaré y me manifestaré a él",
¿Qué puedo esperar de
mi oración? Un contacto consciente, vivo, real, con Dios, el
Dios de mi corazón,
que me hará decir:
"Habla, Señor,
que tu siervo escucha",
"Muéstrame tu
rostro, quiero conocerte con mi corazón",
"Ven, Señor
Jesús",
"Celebra todo mi
ser la grandeza del Señor, y mi Espíritu se alegra en el Dios que me
salva..,"
Confianza filial en
Dios: "Tranquila y en silencio he mantenido mi alma como un niño en los
brazos de su madre",
"Vengan a mí los
que se sientan cargados y agobiados, que yo los aliviaré",
"Yo estaré
contigo .., no te dejaré ni te abandonaré.." sé valiente y ten ánimo",
"Felices los que
habitan en la casa del Señor y te alaban sin cesar",
"Feliz el que
pone en Ti su confianza",
"No temas, ni te
asustes, porque contigo está tu Dios, adonde quiera que vayas",
"A ti, Señor, me
acojo .." sé para mí una roca de refugio", "Aunque tenga que
pasar por valles oscuros, no tendré miedo, porque Tú estás conmigo",
"El Señor es
clemente y compasivo.... el Señor da su
mano a todos los que caen y ayuda a levantarse a todos los postrados",
Debo tener mucha confianza,
porque Dios está interesado en conversar conmigo,
y quiere ayudarme.
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